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Mina de mercurio de Santa Bárbara (Huancavélica)

Cuenta la tradición que la famosa mina de mercurio fue hallada en 1566 por el encomendero Amador Cabrera, gracias a la información proporcionada por Ñahuincopa, un indígena que de esta manera quiso agradecerle el no haber maltratado a su hijo, luego de que éste extraviara el sombrero de su patrón durante las celebraciones del Corpus Christi en la ciudad.

Enclavado en los Andes, en el cerro llamado de Chacllatana al sureste de Lima, los yacimientos se encontraban a gran altura, entre los 3.800 y 4.400 metros.     

 

Mina de Santa Bárbara, Huancavélica
Mina de Santa Barbara, Huanacavélica (Perú)

Explotada desde tiempos inmemoriales por los aborígenes quienes como símbolo de fortaleza usaban el sulfuro de mercurio llamado llimpi, posteriormente La explotación española la potenció enormemente y la mina fue aumentada con tres socavones denominados Chaclatacana, San Francisco y Santa Bárbara; en este último, el mayor, se podía caminar a caballo en su interior y a lo largo de 501 m.

Durante la dominación española la producción total llegó a 115 mil quintales de azogue, los que permitían la obtención de plata de las minas de Potosí y Laycacota

“La mina de Guancabelica, no produce Plata, ni Oro; pero produce el Asogue, un ingrediente tan necesario, para el beneficio de todas las de Oro, y Plata del Reyno. Es la unica, que se trabaja en este metal, y es propia, y perteneciente a V.M. Provee al Peru, y ha proveido a Mexico, a donde en muchas ocasiones se han remitido cantidades cresidas de Asogue.

Pues sin la Real Mina no ay fomento de las demas de este Reyno, por que faltando el Azogue, deverà subministrarlos la España, a costa de gastos grandiosos que sufrira a mas de las mermas quantiosas que se experimentarà, transportes costosos y retardos indefectibles perjuicios seguros en tantas contingencias;”

Así se expresaban - durante los años 1764 y 1766 respectivamente - en relación al yacimiento, por un lado, el fiscal de la Real Audiencia de Lima, Diego de Holgado, y, por otro, Carlos de Beranger al referirse a la mina de Huancavelica

El beneficio del oro y la plata se hacía inicialmente por el sistema de fundición; pero en 1555 el sevillano Bartolomé de Medina experimentó en las minas de Pachuca, en México, un nuevo método de purificación, la amalgamación, que permitía el aprovechamiento de menas más pobres y de escasa ley.

En el proceso de amalgamación se hacía imprescindible el azogue (mercurio), de ahí que pronto se intentasen localizar y poner en explotación los yacimientos de este metal para la producción del oro y plata americanos. Los más importantes se hallaban en Almadén (España), en Idria (Alpes austríacos), y en Huancavelica, en Perú.

Así como la plata mexicana se benefició mayoritariamente con el azogue de Almadén, el azogue de Huancavelica, descubierta en 1566, se utilizó especialmente para la producción de la plata de Potosí, aunque también se hicieron envíos a México cuando la ocasión así lo exigió.

Sin el abastecimiento de mercurio se hubiera visto seriamente comprometida la producción de plata, uno de los pilares más sólidos de la riqueza de los virreinatos de Nueva España y Perú.

 

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El virrey Marqués de Montesclaros describe así el proceso de extracción:

Marqués de Montesclaros, Virrey del Perú

     “Sale de la mina, en tierra y piedra; quebrántala en pedazos menudos, i dentro de costales, sobre carneros de la tierra, lo hacen bajar sus dueños al asiento donde tienen fundicion i hornos de diferentes maneras. Los comunes i que mejor han probado, que llamar de jabecas, son largos i angostos, no mas altos que a la cintura, descubiertos por arriba en la haz; dentro del hueco van metidas unas ollas de barro llenas de metal, cubiertas con otras vasijas de lo mismo, que llaman caperuzas. Danles fuego por el lado, veinticuatro horas i mas; sírveles de leña yerba como paja que llaman icho y que nace silvestre en las tierras frías. Cuando ya por el tino conocen ha dado la lei, lo dejan enfriar, i destapando las ollas hallan algun azogue que llevó el humo al cielo de las caperuzas, i el resto sacan lavando poco a poco la tierras de cada olla, i lo echan en los vólques vidriados, con lo cual se perfecciona una cosa tan importante que sin ella mal pudiéramos gozar de la pista i del oro que por su medio nos viene a la mano i posesión.”

 

El transporte del azogue desde Huancavélica hasta Potosí

El transporte del azogue se hacía en llamas desde Huancanvélica hasta Chincha, desde aquí en barco hasta Arica, y luego, nuevamente en llamas hasta Potosí.

 

Transporte de azogue a Potosí
Transporte de azogue a Potosí

 

A su vez, desde Potosí se acarreaba la plata que debía ser embarcada en Arica con destino a las Cajas Reales en España.

A pesar que las llamas fueron reemplazadas por mulas a fines del siglo XVI, su costo y dificultad para criarlas, hacía mas expedito el transporte en llamas, que siempre fue preferido.

A partir de 1657 el transporte del azogue a Potosí se hizo por Buenos Aires, considerando que Huancanvélica ya no producía cantidades importantes y el azogue debía viajar distancias mayores desde Europa, lo que abarataba los costos de transporte.

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