Signos: 1)
Territorios heredados por Carlomagno; 2) Territorios conquistados por
Carlomagno; 3) Territorios más o menos dependientes del Imperio
carolingio; 4) Marcas defensivas del Imperio; 5) Líneas de resistencia
del Imperio.
La reconstrucción política del
Occidente de Europa después de las invasiones germánicas del siglo V y de las
nuevas acometidas de los árabes, ávaros y eslavos, fue una tarea mancomunada
de los reyes francos y el Papado, que culmina con el Imperio carolingio. La
coronación de Carlomagno como emperador, tuvo lugar en la Navidad del año 800,
y este hecho pesó de modo indudable en el trascurso de la historia medieval.
Examinemos el aspecto territorial
de este Imperio. Al subir al trono Carlomagno, y después de la muerte de su
hermano Carlomán, sus dominios comprendían (signo 1) casi toda la Francia
actual, más Bélgica, parte de Holanda y la Alemania del Sur, con las regiones
llamadas entonces: Aquitania, Borgoña, Neustria, Austrasia,
Alemania, Turingia
y Baviera.
Carlomagno amplió este territorio
mediante una serie de conquistas (signo 2), incorporando a su reino o Imperio:
Frisia y Sajonia, en el norte de Alemania; Carintia, en los Alpes orientales:
Friul, Lombardía y Espoleto, en Italia. Para proteger este gran conjunto
imperial, ocupó y estableció varias marcas fronterizas, base de futuros
estados medievales: la Marca Hispánica, contra los árabes; la Marca
Bretona,
contra los bretones; la Marca Danesa, contra los daneses; la Marca
Soraba,
contra los eslavos; y las Marcas Oriental y Panónica, en el Danubio, contra los
ávaros. Estas marcas se expresan con el signo 4 y con la línea de resistencia
del 5.
Territorio más o menos dependientes
del Imperio fueron los que en el gráfico se expresan con el signo 3, como los
Estados Pontificios.