Después de la época de las
invasiones germánicas, se desata sobre Europa un segundo período de
inmigraciones de pueblos, aún más violentos que el primero. En realidad, estas
invasiones son las que señalan el comienzo de la Edad Media, determinan la
generalización de la economía agraria e imponen la organización feudal de la
sociedad. Puede considerarse inaugurado este período con la expansión de los
árabes en los siglos VII y VIII; su fin se halla, poco más o menos, al
estabilizarse las incursiones de los normandos entre los siglos X y XI.
En el mapa se aprecian con
claridad los focos y las rutas de expansión de ambos movimientos. Educados por
Mahoma en un nuevo ideal religioso y político, los árabes emprenden la
conquista del Próximo Oriente, que logran en pocos años. Persia, Mesopotamia,
Siria y Egipto caen en poder de los primeros califas. Después de una pausa,
impuesta por la reorganización del Estado, los árabes llegan, por Occidente,
hasta el corazón de Francia, a través del África Menor y España, que han
conquistado; amenazan Constantinopla y penetran en Asia Central y la India.
Nunca se vio hasta entonces imperio tan extenso como el del Califato
musulmán.
Los normandos partieron
del sur de Escandinavia y Dinamarca. Por el Oeste llegaron hasta
Groenlandia y América del Norte, a través del Atlántico; se establecieron
en Normandía e Inglaterra y atacaron las costas de Francia y
España. También actuaron en el Mediterráneo occidental, llegando hasta Sicilia
y el Sur de Italia. por el Este, fundaron los estados rusovaregos en
el curso del Dniéper.