LAS CASAS DE MONEDA  ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR

 

IV.- El final del poder español en Sud América

 

La moneda de cobre

 

         Una de las alternativas empleadas por San Martín para paliar la escasez de moneda menuda fue autorizar la acuñación de monedas de emergencia de cobre con el valor de un cuartillo.  Por Decreto Supremo del 18 de febrero de 1822 se especificó que:

 

"…habiendo gran necesidad para el comercio menudo de contar con una moneda que reemplace a las fichas de plomo de los pulperos, que están prohibidas desde hace un tiempo, y a los cuartillos de plata que han desaparecido, he resuelto y decreto: Que se acuñará en cobre una moneda del valor de un cuartillo, cuyo tamaño será el de medio real, en el centro del cual estará la cifra 1/4 que indica un cuartillo; en el círculo la fecha y la palabra Provisional".

 

         No fueron suficientes sin embargo los cuartillos para aliviar el problema de circulante, el cual se complicó  con el la necesidad de amortizar los billetes del Banco Auxiliar de Papel Moneda, por lo que se autorizó el 19 de noviembre la acuñación de monedas de cobre de valor de un cuarto y un octavo de peso, es decir de 1 y 2 reales para fines prácticos se mantuvo el diámetro de los equivalentes en plata pero se les dio el doble de grosor.  Los diseños para las nuevas monedas fueron tomados en parte de los que habían sido confeccionados para las piezas de plata feble que no se llegaron a autorizar y cuyos diseños originales se conservan afortunadamente en la Biblioteca Nacional.

 

         Según el contrato con el proveedor de cobre de la ceca, Cayetano Vidaurre, las monedas debían estar listas para entrar en circulación antes de transcurridos los dos meses de su autorización.  El gobierno, sin embargo, temiendo que el público se negase a recibir moneda que no fuera de metal precioso dispuso por decreto del 31 de enero de 1823  que las monedas eran de circulación forzosa y quien se negase a recibirla debería pagar una multa de diez veces su valor. 

        

         A la reacción esperada del público contra la emisión de monedas de cobre se sumó la casi inmediata falsificación de las mismas.

 

 

Página anterior

Página siguiente