LAS CASAS DE MONEDA ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR
IV.- El final del poder español en Sud América
El cambio de dirección
Al jurarse la independencia en la Casa de Moneda de Lima el 29 de julio de 1821 era superintendente de ella don Pablo Terón y Prieto quien había ejercido el cargo desde mayo de 1819 y de momento siguió en él hasta el 14 de agosto siguiente el ministro de Guerra y Marina le comunicó la Superior Orden del general San Martín que nombraba a José Boqui por primer director de la fábrica.
José Boqui era un italiano que vivía desde unos años atrás en Lima. Había estudiado platería en España y se desempeñaba en ese oficio al servicio de los realistas. Al desenvolverse los acontecimientos libertarios y llegar San Martín a la capital, recién se descubrió que el italiano era en realidad un agente secreto de éste, bien infiltrado, y que había colaborado con importante información. Sus servicios fueron recompensados por San Martín con el destino de director de la ceca en el que inicialmente se desempeñó con eficiencia y dedicación, mereciendo por ello y los servicios anteriores ser condecorado con la Orden de Sol.
Por su parte el 14 de agosto Pablo Terón recibió la noticia de su sustitución en el manejo de la ceca limeña e informó al día siguiente, 15, al ministro de Guerra y Marina que tan luego se presentase Boqui a la Casa de Moneda sería recibido como Primer Director y "dado a conocer por tal en todas las oficinas de la casa" [1]
Dos días después, el 17 de agosto, Terón envió una nueva carta, esta vez al general San Martín, anunciándole haber recibido y presentado a José Boqui como estaba indicado, y que procedería al "formal Ynventario y a la entrega respectiva" del cargo según la Superior Orden del Protector. [2]
Terón, aunque cumplió la orden de inmediato y con eficiencia, se sentía preocupado por su futuro y el de su familia por lo que el 18 de agosto remitió una nueva carta a San Martín en la cual dejó el lenguaje formal y frío del funcionario para pasar al del hombre que considera incierto su destino. Después de una breve introducción en la que reitera haber cumplido a cabalidad la orden recibida y de mencionar que "exercia como Superintendente desde Mayo de 1819, dice:
" Mi subsistencia hasta aquí ha sido únicamente de la dotación de este como de otros empleos que he servido con honor; y así espero de la notoria justificada vondad de V.E. se digne tener presente a un Americano, hombre de bien, y a la numerosa honrada familia que sobre él grava, para destinarle según estime justo; con lo que dará V.E. un nuevo testimonio de su generosidad, y de las demás virtudes que le han hecho acreedor al amor del pueblo." [3]
Al margen de la carta arriba transcrita se le una lacónica nota sin firma y fechada el 23 de agosto que dice "contéstese q(ue) se le tendrá presente". El corolario de la historia de Terón es que efectivamente se le tuvo presente y que se le encargó la administración de la Renta de Tabacos, pero poco después fue destituido del nuevo encargo cuando al pedirse una donación patriótica para adquirir un buque que se llamaría "San Martín" don Pablo Terón aportó solo dos pesos, donación que, viniendo de un oficial con un alto cargo en el gobierno, fue tomada por muy pequeña y por ende insultante. Germán Leguía y Martínez dice sobre el particular lo siguiente:
"Sabido el hecho por el protector, hizo que en el acto el ministro Unanue destituyese al tacaño empleado tabaquero. Pasaba esto el 11 de enero de 1822 y los términos del decreto destitutorio eran terribles contra el infeliz sacrificado." [4]
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