Historia Antigua - Universidad de Zaragoza - Prof. Dr. G. Fatás

NOTA SOBRE CLASES SOCIALES E INSTITUCIÓN FAMILIAR EN HATTI

Sobre O. R. Gurney, The Hittites, Londres 4, 1990, Harry A. Hoffner jr, ÒLegal and Social Institut. of Hittite AnatoliaÓ, J. M. Sasson (ed.) CANE, NY, 1995, 555-569 y Fiorella Imparati, ÒPrivate Life among the HittitesÓ, ibid., 571-586.

I. CLASES.
La cúspide social la forma el rey con su amplia familia ("Gran Familia" oficialmente), que ocupa las altas magistraturas y cuyos miembros son ÒpríncipesÓ y ÒprincesasÓ. Llama la atención el papel destacado que desempeñaron algunas reinas en política, incluso con su propio sello como "Gran Reina". La ÒGran FamiliaÓ es el núcleo principal de los terratenientes aristocráticos, pero también los hubo sin sangre real (no son "príncipes"), altos dignatarios que, en tiempo de guerra, aportan carros. La base de la riqueza es la tierra y el ganado, a veces concesión del rey. Consta que estos personajes construyen a veces templos o sufragan grandes festivales (al modo del efrainita Micah en Jueces 17). Los esclavos son comprados y vendidos. Los fugitivos han de ser acosados y devueltos al dueño, incluso desde el extranjero. Pueden casar con libres sin dejar de ser esclavos y la suerte de los hijos es variable si el matrimonio se disuelve (CH 31-36). Pueden lograr su redención por compra del importe de la kushata o dote, si la hubo. Algunos poseen peculio propio y, si dependen de la Gran Familia y sus templos, pueden poseer tierra. Tienen derechos que los jueces han de tutelar, como pagar por ciertas conductas penadas la mitad que un libre (y ser indemnizados en proporción), pero pueden ser castigados físicamente (incluso con amputación de la nariz y orejas, CH 95) en robos con escalo o incendios intencionados, y con la muerte por maleficio contra un libre. Si el esclavo no es avalado por el dueño, puede pasar a manos del perjudicado (CH 95). El esclavo que ataca a su amo padece una muerte cruel (CH 173). Se conocen esclavos y esclavas letrados.

II FAMILIA.
Es plenamente patriarcal, no obstante ciertos detalles favorables a la mujer, acaso vestigios de situaciones muy antiguas (Licia) en Asia Menor (Gurney). El matrimonio incluye un contrato legal. Normalmente, el novio y sus padres piden el matrimonio a los padres de la novia y ofrecen un don que, si es aceptado por éstos, significa aceptación. La novia es, entonces, taranza, "hablada". Para deshacer el trato, los padres de ella sólo tienen que devolver el presente. Cuando se firma el contrato, el novio paga la kushata ("precio nupcial": para Gurney no se trata en ningún caso de una "compra") y la novia es "prometida". Sus padres deberán pagar el doble de la kushata si deshacen el trato (lo que demuestra que el presente no es simbólico). Si lo deshace el novio, pierde lo que dio. Una boda rica es costosa y prolija (cf. el pithos de Inandik). La novia lleva consigo una dote (iwaru) que el marido administrará vitaliciamente, pero que pertenece a los hijos si queda viudo. Si es el novio quien recibe una kushata, entra a formar parte de la casa de su mujer y si ella muere la dote pertenece a los padres de ella. Este yerno ÒcompradoÓ es un antiyanza (Òel que ha entradoÓ). Se conocen matrimonios desiguales (también entre libres y esclavos). La libre que vive maritalmente con esclavo sin recibir kushata del hombre o de su amo, baja de estatus a una situación servil por dos a cuatro años, a partir de los cuales el matrimonio es legal. (La mujer debe seguir la condición del marido -Imparati-, pero es posible que vuelva a ser libre -Hoffner-). Si sus padres reciben dote del esclavo o de su amo, el matrimonio es pleno y la mujer se convierte en esclava. En caso de divorcio entre esclava y libre, los bienes se dividen por la mitad, pero la esclava no puede guardar consigo más de un hijo. Algún texto muy arcaico exige que la mujer tenga hijos o que procure, en su defecto, una esclava que los dé al marido. El marido no puede tener más de una esposa (Imparati: no hay poliginia atestiguada pero no ha de excluirse) y el divorcio se produce por mutuo acuerdo. El poder lo ejerce el varón, pero la viuda está protegida por su capacidad para desheredar a los hijos (CH 171). Hay ciertos restos de levirato, pero sin la calidad taxativa del levirato hebreo (Gurney).

En un cuento hitita, aunque procede de Lulluwa (ÀNE de Irán?), un marido dice a su esposa: "Eres mujer y de condición mujeril: no sabes nada de nada." Puede que no sea de origen hitita, pero probablemente refleja bien la situación. La mujer está confinada al ámbito doméstico y es hija, esposa, madre y viuda, con las variaciones lógicas según el estatus de la familia. No obstante, hay mujeres pobres que trabajan fuera de casa a jornal. Hay sirvientas en palacio. Hay sanadoras y magas que son llamadas para curar jaquecas o formular conjuros. Se conoce el caso de Mashtigga, cuya intervención remedia las trifulcas familiares entre esposos, padres e hijos y madres e hijas. También hay comadronas. En los templos, sacerdotisas y cantoras. Las retribuciones por trabajo parecen ser la mitad que las de los varones.
Tras el parto, hay ritos de purificación para la madre y el hijo y ritos para que continúe la fertilidad en ambos. Tres meses tras el parto de un niño y cuatro tras el de una niña, una ceremonia reintegra a la madre a la vida normal y acoge al neonato en la comunidad. El aborto, con raras excepciones, es un delito grave, con atenuantes y agravantes, según existan o no otros hijos, sea más o menos culposo, de libre o de esclava, de mujer que alumbra normalmente o que ha pasado embarazos fracasados, etc. Herir a una embarazada y provocarle el aborto es un hecho criminal.
El incesto se pena con la muerte. La relación con la madrastra y la cuñada es más grave si viven el padre o el hermano. Y es grave la relación sexual del marido con la madre, la hija o la hermana de la esposa, prácticamente asimiladas al incesto. La bestialidad es sancionada según casos: es execrable y con pena de muerte el intercurso del varón con vaca, oveja, cerda o perra, pero no con yegua o mula, aunque el tal no puede ser sacerdote ni comparecer ante el rey (CH 187-188, 199, 200A).

Ejemplo de una familia de mediana riqueza.
"Finca de Tiwatapara: un hombre, Tiwatapara; un muchacho, Jartuwanduli; una mujer, Azzia; dos muchachas, Anitti y Jantawiya; cinco personas. Dos bueyes, veintidós corderos, seis bueyes de tiro (...), dieciocho ovejas, de ellas dos corderas, y dos corderos, dieciocho cabras, y de ellas cuatro cabritillos y con el macho una cría, en total treinta y seis reses menores: total de la familia. Para pasto de los bueyes, cuarenta áreas de prado en la población de Parkalla; ciento cuarenta áreas de viñedo en las que hay cuarenta frutales y cuarenta y dos granados en la población de Janzushra, en la finca de Jantapi." [De una tablilla catastral de Hattusas].


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