Semita. Hay escritos semíticos desde hace casi cinco mil años, pero esas lenguas pueden ser mucho más antiguas. La mayoría de las lenguas existe sólo en forma oral. Es característico de muchas lenguas del POA haber sobrevivido en textos religiosos escritos mucho después de que el uso oral se hubiese extinguido y que los hablantes hubieran abandonado su uso. Este cambio sólo parece espectacular retrospectivamente y a menudo no tuvo nada de dramático. Llamamos semitas a los pueblos que hablan lenguas de esa familia. Generalmente se las agrupa en tres ramas: oriental; occidental, septentrional o del noroeste; y meridional o del suroeste. Oriental se refiere a Mesopotamia; septentrional, a Levante; y meridional, a Arabia y Etiopía. Son lenguas estrechamente emparentadas entre sí, de forma similar a como lo están las latinas o las germánicas.
Semita oriental. Consta sólo del acadio. Hay inscripciones cuneiformes halladas en Mesopotamia desde la primera mitad del III milenio. (El sumerio, lengua de los inventores del cuneiforme, no era semítico). El acadio se habló en parte del actual Irak. Desde el 2000 se le conocen dos dialectos, el babilonio, de Mesopotamia del S, y el asirio, de Mesopotamia del N. Como lenguas habladas fueron sustituidas por el arameo en el siglo VI a. C. Como lengua literaria el acadio sobrevivió hasta comienzos de la Era. El acadio, por su extensa literatura, es bastante bien conocido. Hace unos veinte años, al S. de Alepo, se descubrió otra lengua antigua (eblaíta), pasajes de la cual se intercalaban en textos sumerios desde el 2400. Se parece al acadio y también al semita septentrional.
Semita septentrional. Sus tres grupos principales son:
1) amorrita y ugarítico;
2) las lenguas cananeas; y
3) el arameo.
El amorrita
se conoce desde la primera mitad del II milenio. Hay nombres amorritas
en los textos acadios y egipcios. Sus primeros hablantes fueron
nómadas. El ugarítico parece una forma antigua del cananeo. Se habló y
escribió en el entorno de Ugarit (ss. XIV y XIII). Sus textos se
descubren en los años 20. Destacan sus epopeyas. El cananeo es un grupo
palestino de lenguas y dialectos próximos, cuyos registros escritos se
remontan al 1500 a. C. Se cree que el primer alfabeto fue cananeo
(hacia el siglo XVII). Sus principales lenguas son hebreo, fenicio,
púnico, moabita, edomita y amonita. Se escribieron inicialmente en el
alfabeto adaptado por los fenicios, procedente de una escritura cananea
anterior. Cartas del s. XIV en acadio (Amarna) contienen palabras
paleocananeas. El hebreo clásico o bíblico se habló en Israel. Su
testimonio principal es el Antiguo Testamento, cuyo hebreo cubre unos
mil años. La inscripción más antigua es el calendario de Gezer, de h.
925 a. C.
El hebreo, inicialmente, se escribió en alfabeto
cananeo-fenicio, pero en el s. IV a. C. los judíos adaptaron del arameo
el ³alfabeto cuadrado², aún en uso. En el s. III a. C. el hebreo sólo
se hablaba en Judea e, incluso, en formas alteradas como el misnaico.
Como lengua hablada desaparece hacia el 200 d. C., en favor del arameo.
No obstante no ser lengua hablada, en los diecisiete siglos siguientes
se escribieron innumerables textos en hebreo. Resucitó como lengua
hablada para la comunidad religiosa judía a finales del XIX, cuando
comenzó el establecimiento de judíos en Palestina. El hebreo moderno,
usado por unos cinco millones de personas, es una forma evolucionada
del hebreo bíblico (como el italiano o el español lo son de su latín
originario). El alfabeto hebreo (alefato) cuadrado se usa para varias
lenguas judías, como el yiddish (judeogermano), el sefardí
(judeoespañol o ladino) y el judeoarábigo. Los testimonios más antiguos
conocidos del fenicio son inscripciones de hacia el 1000 a. C.,
halladas en el Líbano, y que perduran hasta los últimos siglos antes de
la Era. En su mayoría son inscripciones funerarias y prácticamente no
hay textos literarios. En forma similar se conoce su descendiente, el
púnico, desarrollado por los fenicios de Cartago desde fines del s. IX
a. C., que aún se hablaba en el s. V de la Era (San Agustín lo
conoció). El moabita, el edomita y el amonita se hablaron en lo que hoy
es Jordania y no nos han dejado sino un puñado de inscripciones de los
siglos IX a V a. C. Fueron sustituidos por el arameo. El texto moabita
más famoso está en la Piedra de Mesha, de h. 840 a. C., en la que el
rey Mesha de Moab narra sus luchas contra Omrí de Israel.
El arameo
está registrado a partir del 850 a. C. en Siria (Estela de Tell
Fejheriye). Se propagó muy velozmente y en el s. VI era la lengua
administrativa y ³lingua franca² de todo el POA, desde Afganistán a
Egipto. Sólo el griego rivalizó luego con él, hasta la conquista
musulmana a partir del 622 d. C. El arameo precristiano (arameo
imperial o antiguo) está muy bien atestiguado en inscripciones, papiros
y documentos varios y en los libros bíblicos de Ezra y Daniel. Se
conocen algunos textos literarios arameos, como el relato Ahiqar. El
alfabeto arameo es cananeo. En la época del nacimiento de Jesús, el
arameo escrito estaba fragmentado en varias formas, de acuerdo con los
diversos tipos de escritura dominantes en las áreas en que era hablado,
derivadas todas de las dos variedades principales, arameo occidental
(siropalestino) y arameo oriental (mesopotámico). El arameo occidental
generó: nabateo, palmireno, arameo de Hatra, arameo judeopalestino
(galileo), arameo samaritano y cristianopalestino (palestino siriaco).
El nabateo del S de Jordania, el palmireno (de Tadmor, Siria del N) y
el arameo de Hatra (el-Hadr, N de Irak) fueron lenguas de árabes, pero
entre el 100 a. C. y el 350 d. C. en esas mismas zonas se conocen
textos cortos (epitafios, sobre todo) escritos en arameo imperial, que
demuestran que aún era ³lingua franca² en esas áreas. La actual
escritura árabe deriva de la escritura nabatea. En Palestina, cada uno
de los grupos religiosos principales mantuvo su propia singularidad,
Los judíos emplearon el alfabeto hebreo para sus traducciones de la
Biblia al arameo (Targums) y otros escritos religiosos, incluidas
partes del Midrash y del Talmud palestino, durante los ocho primeros
siglos de la Era. Los samaritanos, segregados de la ortodoxia judía,
usaron la antigua escritura cananea para traducir los libros de Moisés
y para su poesía religiosa, probablemente ya en el s. IV d. C. Los
hablantes cristianos del arameo palestino tradujeron la Biblia al
dialecto arameo de Palestina meridional, usando la escritura
cristianosiriaca, entre el 400 y el 800. La única rama superviviente
del grupo arameo occidental es la lengua llamada, en árabe, macll,
hablada por unos 5.000 cristianos de Maclula y otras dos pequeñas
poblaciones sirias, al N. de Damasco. El arameo oriental comprende el
siriaco (cristiano), el arameo judeobabilonio y el mandeo (gnóstico).
El centro del siriaco es Edessa (Urfa), hoy turca, aunque se habló
también en Mesopotamia. Tiene gran riqueza literaria y aún es la lengua
litúrgica de las iglesias sirias (incluso se usa en los ritos de la
³Iglesia Cristiana Asiria², en Suecia, por ejemplo). Su escritura es
cursiva y se parece a la árabe. El arameo judeobabilonio se escribió en
hebreo; su obra principal es el Talmud (babilonio), que comprende la
Mishnah (en hebreo) y la vasta Gemara (en arameo). El arameo sirio y el
babilonio murieron como lenguas habladas hacia el año 1000 d. C.,
sustituidos por el árabe. La religión esotérica de los mandeos (sabeos
o, en árabe, bi¹n = bautistas), basada en el gnosticismo, tuvo centro
en el S de Irak y en Irán. Sus textos florecen en los ss. III a VIII d.
C., escritos en un sistema peculiar que anota las vocales. Aún existen
pequeñas comunidades mandeas en las ciudades iraníes de Ahwaz y
Jorramshahr. Las guerras recientes en la zona han puesto en peligro de
extinción a estas pequeñas agrupaciones. El arameo oriental se usa
también como lengua vernácula, aunque muy fragmentada y variable, en
grupos judíos y cristianos de Mardin y Ur Abdin (comarcas de Turquía
oriental), Cáucaso y N de Irak e Irán. Los hablantes de estos dialectos
suelen llamar a su lengua ³asirio² y se proclaman descendientes de ese
pueblo. Los dialectos principales son el ry (turco), lengua de los
emigrantes ³asirios² a Suecia y a Alemania; y el dialecto oriental
urmio (lago Urmia), del que, a comienzos del XIX, aún se conocen textos
literarios en alfabeto siriaco. En conjunto, las formas modernas del
arameo oriental las hablan unas 300.000 personas en el Oriente Próximo,
incluidos los emigrantes a Europa y los EE. UU. Sólo el griego ha
alcanzado una tan larga pervivencia entre las lenguas escritas vivas de
la Antigüedad.
Semita meridional. Incluye:
1) las lenguas de Arabia meridional;
2) el árabe; y
3) las lenguas etiópicas.
El grupo árabe meridional
se conoce por inscripciones antiguas y algunas lenguas vernáculas
supervivientes hoy en Yemen y Omán. El alfabeto sudarábigo deriva
probablemente de la escritura consonántica cananea de hacia el 1300 a.
C. usada por pueblos norarábigos. Las inscripciones antiguas son cortas
(funerarias, votos, dones) y se datan entre 700 a. C. y 500 d. C. Sus
principales dialectos son el sabeo (mineo o ma¹in), qatabanio y
hadramáutico (aramí). Hoy no son lenguas escritas y están cediendo el
paso al árabe. Otros dialectos del grupo, menos relevantes, hablados en
total por unas cien mil personas, son el mahr, el awr y el soqotr,
todas en la parte E de Yemen del S, Omán e isla de Socotora (Socotra).
Los precursores del árabe fueron las lenguas o dialectos hablados por
las tribus llamadas Dedán, Liyn, Thamd y Saf, de cuyos petroglifos han
sobrevivido miles de ³graffitti² desde el 700 a. C. hasta el s. XV d.
C. Los textos árabes más antiguos, escritos en un alfabeto derivado del
nabateo, son del s. IV d. C. La cuna del árabe está en el centro de
Arabia del N y sus primeros hitos literarios son poemas preislámicos y
el Corán, que siguen siendo sus arquetipos (árabe clásico = fu) y que
mantienen la unidad de la lengua por encima del gran número de sus
dialectos y variantes. El único árabe escrito de otra forma es el árabe
maltés, que usa una versión modificada del alfabeto latino.
Las lenguas etiópicas
se parecen más al grupo árabe meridional que al árabe y usan la
escritura sudarábiga, no la arábiga, que anota las vocales desde el s.
IV d. C. La lengua etiópica más conocida es el ge`ez (³etíope²), de
máxima expansión en el s. IV d. C., cuando fue la lengua dominante en
el reino de Aksum, a ambos lados de la actual frontera entre Etiopía y
Eritrea. Posee una vasta literatura cristiana y es la lengua litúrgica
de los cristianos etíopes, pues murió como lengua hablada hacia el año
1000 d. C. Las otras lenguas semíticas habladas en Etiopía no
descienden del ge`ez. La lengua dominante es el amhárico, por largo
tiempo única lengua oficial, conocido sólo desde el s. XVII. Las
lenguas cushitas de Etiopía, como el agaw, influyeron mucho en el
ahmárico, hoy hablado por unos quince millones de personas, y que se
aleja mucho, por eso, del tipo semítico ordinario. Más cercanas al
semítico son el tigrinya y el tigra, las lenguas, respectivamente, de
los cristianos y los musulmanes del N de Etiopía y Eritrea. El tigrinya
lo hablan unos cinco millones de personas y compite con el hebreo como
tercera lengua semítica del mundo. El tigra lo habla medio millón. Los
musulmanes de Harar, en la Etiopía oriental, son los únicos hablantes
del harari. Al SO de Addis Abeba se habla gurage, etiqueta imprecisa
que agrupa las hablas semíticas de unas 350.000 personas. En estos años
han desaparecido el gafat (Gojjam, en el Nilo Azul) y el argoba (NE de
Addis Abeba)
.