II. AMISTAD EGIPCIO-MITANIA (h.1440-1380)
Ante el ascenso de hititas y asirios, Mitanni, presionada por ambos
lados, se acerca a los egipcios, lo que se traduce en el matrimonio del
faraón Amenofis III con una princesa mitania. Sin embargo, la posición
egipcia pierde fuerza al no proseguir el faraón las campañas de castigo
de su antecesor. Assur reclamaba de Egipto un trato similar al de
Mitanni.
III. ASCENSO HITITA Y ASIRIO (h.1380-1275)
A) 1380-1319. El sucesor de Amenofis III, Amenofis IV
(Ajenatón,1379-1362), absorbido por su reforma religiosa, se
desentendió de los asuntos asiáticos, provocando el deterioro del
imperio egipcio. A la vez, en Hatti, Supiluliuma consiguió dominar
Siria; y Mitanni prácticamente desapareció como Estado independiente
ante el acoso hitita y asirio.
B) 1319-1275. La reacción egipcia en Asia, superada la crisis
provocada por la reforma del El Amarna, se produce con la Dinastía
XIX. Ramsés II se enfrenta al hitita Muwatalis en Qadesh (1299),
batalla que genera un nuevo equilibrio: el avance hitita hacia el sur
es frenado, aunque mantienen el dominio del norte de Siria; Egipto
recupera su hegemonía en Palestina y sur de Siria; en el este, Asiria,
bajo Adad-nirari I (1307-1275), se impone en las áreas montañosas de
los Zagros y Babilonia y conquista Mitanni, con lo que logra un gran
aporte de materias primas y de tributos, al tiempo que su frontera
llega hasta el límite del dominio hitita.
Hay ahora tres grandes potencias en el P.O.A.: Hatti, Assur y Egipto.
IV. LA PAZ EGIPCIO-HITITA (1275-1200)
El peligro asirio forzó a los hititas a aproximarse a Egipto, proceso
que culminó con el tratado de 1275, firmado por Ramsés II y Hattusil
III: se establecen dos zonas de influencia para ambos Estados,
separadas por una línea que iba desde el norte de Damasco hasta Biblos.
Se garantizan relaciones amistosas entre las dos potencias, que se
mantuvieron hasta la desaparición del Estado hitita.
Durante todo el siglo XIII, Asiria, con Salmanasar I y Tukulti Ninurta
I, mantiene con vicisitudes el dominio de casi toda Mesopotamia, con
algunos enfrentamientos directos con los hititas en la zona fronteriza
del antiguo Mitanni, ya desaparecido como Estado, y con un nuevo
peligro en el norte: Urartu (Armenia).
V. LA CAÍDA DE LOS IMPERIOS
En la segunda mitad del siglo, la parte occidental del P.O.A. entra en
un período de especial efervescencia con los movimientos de los
llamados "Pueblos del mar" (shardanos, lukka, tursha, sekelesh,
ahhiwasha), que en Egipto aparecieron mezclados con tribus libias. Los
hititas decretan el bloqueo económico en Siria contra Assur y tienen
que enfrentarse a una fuerte coalición fomentada desde el Oeste por
Arzawa. Esto, unido a la presión de los nunca sometidos gasgas
(kaskas), los frigios (indoeuropeos llegados de Europa) y los mushki
(quizá los gasgas con otro nombre), junto con la gran crisis motivada
por los "Pueblos del mar" en toda la región, supone la desaparición
del Estado hitita (h.1200). Al mismo tiempo, caen los principados
micénicos de la Península Balcánica y Creta, abriéndose allí el período
de los "Siglos oscuros", que se inicia con importantes movimientos de
pueblos.
En Egipto, Merneptah y Ramsés III derrotan en el delta del Nilo a una
doble expedición terrestre y marítima de los "Pueblos del Mar", entre
los que aparecen, junto a los citados, los denyen, peleset, tieker y
weshesh. A pesar de la victoria, el imperio egipcio en Palestina
desaparece para siempre. De los "Pueblos del mar" sólo sabemos con
seguridad que los peleset (filisteos de la Biblia) se asentaron en la
costa palestina. Los principados del norte de Siria fueron arrasados
(Ugarit, Karkemish, Amurru), naciendo en la zona los llamados
"Principados neohititas", sin gran importancia en la política del
P.O.A. Destruidos los imperios dominantes en la faja siro-palestina,
pequeños Estados aprovechan para consolidarse: los fenicios, que al
poco inician su expansión comercial por el Mediterráneo; los filisteos;
y los arameos llegados en torno al 1200: hebreos, edomitas, amonitas,
moabitas en Palestina, y arameos en general en Siria. Es, por ejemplo,
el momento de David y Salomón. En Babilonia se asientan las tribus
arameas llamadas caldeas. En Anatolia, h. 900, nace el reino frigio. En
la meseta iraní, aparecen los medos y los persas (indoeuropeos), h.
1000, con dominio de los primeros. Tales son los nuevos protagonistas,
aunque desde el 900 los asirios volverán a imponer durante un tiempo un
poder unitario en el P.O.A.
Asiria
Aparece en esta época en su segundo momento de auge, como un imperio
expansivo y de excelente y terrible capacidad militar. El rey es el
primer siervo y delegado del dios, especie de sacerdote especial
(shangú ) de Assur, que tiene características de divinidad nacional y
étnica, la cual se comunica directamente con el rey, que tiene el
encargo más o menos permanente de Òensanchar las fronteras del paísÓ.
La literatura épica exaltará sonoramente la ocupación de Babilonia (s.
XIII) por Tukulti Ninurta I. A fines del II milenio, Teglat Falasar I
(= Tiglat Pileser 1114-1076) recopiló la legislación en un código que
dio a la sociedad asiria su armazón militar y vinculó más fuertemente a
Babilonia incorporando su literatura al palacio asirio. Con Assur
Ubalit (1363-1328), el control militar asirio llegó a incluir
momentánemente toda la costa de Levante y el rey de Assur trató como un
igual al faraón (Amenofis IV), como enemigo al rey de Hatti y como
aliado al cassita Burna Buriash II, de quien fue consuegro. Ese linaje
se extinguirá por un crimen, sobre la persona del nieto del rey de
Assur, que impondrá un rey de su gusto. Pero, muerto el gran rey
asirio, y bajo su sucesor, Enlil Nirari (1329-1320), el rey cassita
supuestamente títere, Kurigalzu, ataca a Asiria. Las espadas siguen en
alto hasta Adad Nirari (1307-1275), que vence a los babilonios,
aunque tiene problemas en el N. y el O.
Con Adad Nirari I y Salmanasar I (1274-1245), el control directo llegó
hasta la orilla oeste del Éufrates alto y medio (Karkemish)
y se acometieron campañas contra Urartu (Armenia) y las montañas
guteas del NE. En esas fechas se produce la guerra entre Babilonia y
Elam, que invade Mesopotamia: comienza la tenaza asiro-elamita sobre
la Babilonia cassita.
Con el hijo de Salmanasar, Tukulti Ninurta I (1243-1207), Assur impera
hasta el estrechamiento de Mesopotamia y tiene bajo control la Baja
Mesopotamia y el Levante. El rey entra en Babilonia, hazaña nunca antes
lograda, lo que se canta en su famosa Gesta, y la cultura babilonia
llega oficial y masivamente, aunque en condición de sometida, a la
capital de Assur. El dominio asirio es mayor que jamás: en Babilonia
hay, primero, gobernadores asirios y, luego, una dinastía controlada.
Sólo los crímenes cortesanos en Assur, nada raros, deterioraron la
situación exterior. Se pierde Babilonia que, a su vez, no podrá hacer
frente a los golpes elamitas: hacia 1154, Babilonia queda a merced de
los reyes de Susa, que llevaron a su corte los grandes y venerados
objetos de la realeza mesopotámica (p. ej., la estela de Naram Sin y el
Código de Hammurabi), donde los hallaron los arqueólogos modernos.
Elam.
El doble reino del Elam nació a comienzos del II milenio de la unión
del país alto y la llanura de Susa, dominada por aquél y sus
aristocracias de cultura nómada. El "Reino de Anzán y Susa" es mal
conocido. En el s. XV aparece fragmentado. En la segunda mitad del s.
XIV se reagrupa de nuevo bajo la égida de Untash Napirisha. En el s.
XII, con Shutruk Najunté y su hijo (Kutir Najunté), llega al apogeo,
con gran capital regia en Susa, que se mantendrá hasta las victorias
babilónicas de Nabucodonosor I (h. 1120).