Historia Antigua - Universidad de Zaragoza - I Ciclo - Prof. Dr. G. Fatás
EBLA
La actual Tell Mardikh, al SO de Alepo (Siria del N.) fue la capital de
un importante reino entre el 2600 y el 2240 a. C., fechas en las que
dominó la Siria septentrional, Líbano y el NO de Mesopotamia, y cuya
influencia alcanzó incluso a Sumer y Egipto y los territorios allende
los Zagros. Fue descubierta por excavaciones italianas (Matthiae,
1964). Sus vastos archivos (casi 20.000 tablillas cuneiformes) han
devuelto a la historia el brillo y la riqueza agropecuaria, textil,
metalúrgica y mercantil de la ciudad, cuyo control y función de centro
distribuidor se extendió directamente al menos sobre otras diecisiete
que iban desde el Líbano hasta el SE de Turquía.
El flujo comercial principal producía o exportaba textiles (lino,
lana), manufacturas de metal y madera, aceite de oliva, vino y cerveza
e importaba oro, plata, cobre, estaño, plomo, gemas y ovejas. También
fue relevante su papel como encrucijada entre lugares tan alejados
entre sí como Chipre, Anatolia, Irán, Sumer y Egipto (por Biblos).
Algunas ciudades parece que actuaron como verdaderas sucursales de Ebla
(Emar, en el Éufrates; Khammazi, en Irán) y otras, como su
gran rival, Mari, fueron temporalmente ocupadas por las tropas eblaítas.
El sistema de gobierno no fue dinástico: el rey estaba asistido por un
consejo de notables y sus decisiones eran ejecutadas por catorce
gobernadores de distrito (dos de ellos en la capital). Las tablillas
han permitido conocer el eblaíta, que se escribía con el signario
cuneiforme, enseñado por maestros sumerios que dejaron allí léxicos,
gramáticas y textos escolares en abundancia, lo que ha permitido, por
otro lado, mejorar el conocimiento reciente del sumerio.
Los acadios intentaron dominar la rica Ebla y Sargón de Acad proclamó
haberlo hecho, aunque no se ha encontrado ratificación arqueológica del
suceso. Sí hubo un gran incendio, acaso provocado por el nieto de
Sargón, Naram Sin (el de la Estela de su nombre, en el Museo del
Louvre), hacia el 2240 a. C. Tras una incursión amorrita mal conocida,
durante dos siglos y medio Ebla entró en un periodo oscuro. Ya no
recuperaría su fulgor. La destrucción de Ebla se fecha entre el 1650 y
el 1600 a. C.
Su panteón fue típicamente cananeo y politeísta. El protector de Ebla
era el dios Dabir. Otras divinidades importantes fueron Sipish, Hadad,
Balatu y Astarté.
El eblaíta, lengua paleosemita (grupo semita del N, como el amorrita y
el acadio) y, hasta ahora, la más antigua conocida, data del tercer
cuarto del III Milenio a. C. Los especialistas la adhieren a la familia
afroasiática (antes, hamito-semítica).
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