
Circuitos de información al interior
de las fronteras del reino antiguo de Mari
Verónica G. Lazarte
Introducción
En los Estados antiguos, donde la riqueza de los
reinos se establecía sobre los hombres,
tierra, animales y agua,
considero que el control sobre todo lo que acontecía
al interior del territorio, fue clave también para su estrategia
de gobierno y administración. El período elegido para abordar
la temática de los circuitos de información al interior
de la frontera del reino antiguo de Mari es el reinado de
Zimri-Lim último rey mariota (1780-1758), intentando rescatar
desde los documentos la noción de frontera administrativa.
La obtención
de la información se basó en una red de informantes
que desde los diferentes cargos administrativos debían registrarse
por escrito y emitirse prontamente al soberano,
teniendo un lugar estratégico los gobernadores de
los distritos administrativos.
Los documentos textuales
–tablillas de arcilla-, recuperadas por la arqueología,
nos brindan las siguientes características: la utilización
de la lengua acadia como lengua franca y como señala Liverani
“(...) una terminología técnica y la fraseología política,
llenas de calcos y de préstamos semánticos para reproducir
una visión sumamente común, aunque algo convencional, de
las relaciones políticas.” La cantidad de documentos y cartas emitidas
al interior de la frontera mariota, nos remite a reflexionar
sobre dicho concepto y sobre las responsabilidades de quiénes
debían informar. Todas ellos provenientes del sector estatal,
aportan además otras situaciones no menos importantes,
donde los actores son denominados por la pertenencia a una
parcialidad tribal, referencias a fugitivos, desertores,
enemigos, y con estas realidades el Estado acciona y plasma
su visión
de esos otros ya sean grupos o individuos. La
profesión de escribas, que
para estas épocas significaba
pertenecer al grupo selecto de la sociedad, fueron
los redactores de los documentos y cartas. Por ello Bouvet
propone catalogar a las cartas antiguas como “género de
élite”.
Es interesante destacar
un rasgo de la fuente epistolar, en palabras de Nora Bouvet
en ella se plasma “(...) una comunicación diferida en el
tiempo y en el espacio (el presente del que se escribe no
coincide con el presente del que lee)(...) se asocia –la
carta- al mito de la sinceridad, la transparencia y la espontaneidad
de la escritura sobre la que no se vuelve(...)”. Pero las lecturas que haremos de ellas será
siempre desde nuestra temporalidad. Nuestros cuestionamientos
buscarán respuesta en ese ayer que poseía sus
propios códigos de transmisión tanto oral como escrito.
Tomando las reflexiones de Di Bennardis para el tratamiento
de las fuentes “(...) lleva a privilegiar la relación texto-contexto, es decir,
a considerar las condiciones materiales e ideológicas en
las que el texto fue producido y consumido. No hay duda
que la reconstrucción de un contexto alejado siempre conlleva
el riesgo de caer en el anacronismo, lo que exige que el
historiador no sea el único protagonista, con sus interrogantes,
sino que permita al texto hablar, que aprenda a escucharlo.
Esto implica un diálogo más exigente entre texto y contexto,
y, entre código cultural del productor y código cultural
del investigador”.
El Reino de Mari
La indagación se centrará
en la región del río Éufrates medio donde se construyó la
ciudad que dio vida al reino antiguo de Mari y que es hoy
el sitio arqueológico Tell Hariri en Siria. La antigua ciudad
de Mari fue la capital del reino y junto a otras tres ciudades,
Terqa, Saggaratum y Qattunam, conformaron los cuatro distritos administrativos.
El emplazamiento de la ciudad
de Mari fue fruto de un diseño y el sistema fluvial, conformado
por el Éufrates y
sus afluentes, Habur y Balih, contribuyeron al sistema de
producción agrario que sustentaba la mayor parte de la economía
con la apertura de canales realizadas con herramientas de
bronce, para el riego de los cultivos de cereales, que se
complementaba con las zona de estepas situadas al oeste
del Trigris, al norte en la zona denominada por W. Heimpel
“…Hilly Arc (…) la secuencia de arrecifes largos y angostos
que marca el margen sur de las tierras altas de Anatolia
y el margen suroeste de las tierras altas de Persia en la
forma de un arco, separados de las tierras altas de Anatolia
por las planicies norte…” donde se practicaba el pastoreo de rebaños
caprinos y ovinos bajo la supervisión del estado.
La ciudad de Terqa se ubicaba
hacia el noroeste de Mari por la corriente del río. Allí
se construyó el templo más importante al Dios Dagán, deidad
de gran importancia dentro del panteón religioso. Saggaratum
se encontraba en la zona de confluencia del Habur con el
Éufrates y Qattunan era considerada la capital de la zona
del valle del Habur, de ésta proviene gran cantidad de documentación
debido a los reportes palaciales con respecto a las diferentes
situaciones que se daban con los asentamientos que estaban
emplazados más hacia
el este y el norte. Todos
estos distritos enviaban permanentes reportes a la ciudad
capital y todas las riquezas eran mayormente
transportadas por río para su distribución.
Los distritos no eran los
únicos sitios que conformaban el reino, se conoce por medio
de la documentación de otros sitios que estaban más alejados
geográficamente de Mari, como ser Shubat-Enlil, Hanat, Suhum,
Yabliya, Harte, Id. Toda la amplitud del territorio estaba
habitado para el Bronce Medio por poblaciones de origen
semita occidental compartiendo este origen con Hammurabi
-rey de Babilonia-.
La sociedad mariota, perteneciente
al grupo amorreo estaba subdividida en parcialidades: por
un lado el grupo mayoritario lo conformaba la tribu, (en
acadio limum), que contenía bajo esta categoría
a los Numha, Yamutbal, Sim’al y Yamina. Vuelvo a los argumentos
de Heimpel, quien considera que las dos últimas tribus pueden
considerarse como un “par por que constituyen la mayor parte
de la población del reino de Mari y también en cuanto a
que Sim’al significa ‘izquierda’ y Yamina ‘derecha’. Y por
otro lado y en menor proporción el clan o gayyum. Ambos combinan
un sistema mixto de apropiación del espacio, conjugando
el factor sedentario de las ciudades y aldeas con
el seminómada, vinculando las prácticas del
pastoreo y la agricultura.
El ocaso del reino se debe
a la victoria de Hammurabi rey de Babilonia en 1758 a.C.
La destrucción por el incendio del palacio en manos de las
tropas babilonias en Mari, llevó a una conservación de las
tablillas de arcilla que, gracias al trabajo de la arqueología,
la filología y la historia, nos han podido brindar un corpus
documental que supera el número de 20.000 testimonios.
A su vez el origen de éstas se corresponde con
la burocracia administrativa de las antiguas ciudades del
reino mariota y su grupo de escribas, quienes trasladaban
por medio de la escritura todo tipo de reportes y aquí radica
la importancia del corpus, haciéndonos llegar una sociedad
viva donde el registro escrito fue clave para el
funcionamiento de la realeza.
Administración y circulación de la información
En el caso
de los gobernadores sapitum, tenían a su cargo
“administrar su distrito, satisfacer los deseos o aspiraciones
del palacio de Mari y al rey e informar él mismo de lo acontecido
en su lugar” pero además debían velar por la celebración
de las fiestas religiosas, fijación de las normas de trabajo
y de las raciones para el personal del palacio, mantenimiento
de los canales de riego, envíos de granos a otras partes
del distrito, controlar a las tropas y a otros conjuntos
poblacionales que pasaban por el territorio y muchas veces
se valían para cumplir con su deber de informantes de verdaderos
actos de espionaje. Toda la información se remitía a la
ciudad de Mari, sobre todo en el período de Zimri-Lim, por ser la capital del reino y donde generalmente
se enviaban a los de origen extranjero para ser interrogados
en la residencia bit naptarin, para conocer y supervisar
las actividades e intensiones que podrían tener relación
con el reino de Mari. Los jefes de pastores, no estaban
al margen; debían también ellos informar y colaborar con
los funcionarios locales.
El término
acadio para definir la frontera es patum, pero esta palabra no sólo se
aplica para la noción de frontera política entre reinos,
sino que puede utilizarse para definir otros tipos de límites,
por ejemplo los de un campo.
La frontera como espacio de contacto puede
corresponder a un espacio geográfico o puede ser de carácter
simbólico aludiendo a un aspecto cultural, y a lo que denomina
Grimson “carácter sociohistórico del límite”.
La distancia entre la concepción
moderna de frontera y la de las sociedades que estamos estudiando, obligan repensar los planteos de distintos estudiosos. Así, Edmund Leach, parte del concepto
de distancia estructural de Evans Pritchard, quien sostiene que “(…) no hay ninguna razón
intrínseca para que las fronteras significativas de los
sistemas sociales coincidan siempre con las fronteras culturales”. Pero los trabajos de Barth han dado
otro salto a esta cuestión, piensa a la frontera como zona
de transición donde de la interacción cotidiana surge la
identidad y los estigmas y que a su vez la identidad opera
de forma organizacional entre los grupos marcando jerarquías.
Podemos también considerar las nociones que sobre frontera aporta Francisco
Nocete que la pondera desde lo político: “La frontera es un límite político coercitivo del Estado
(…) implica el análisis de la relación ‘hombre hombre’ articulada
con la relación ‘hombre / medio’, pues el límite del Estado,
y en él el de la frontera, no sólo opera en el límite geográfico
de la formación social, sino fundamentalmente en el límite
de las fuerzas que forman y transforman las relaciones sociales.” Que en nuestro ámbito geográfico de estudio
la frontera administrativa en Mari implica, en palabras
de Bertrand Lafont “una
realidad a la vez política, militar, fiscal y jurisdiccional”. Donde la circulación del la información
tenía para este período un único destino, el gran palacio
de la ciudad de Mari. De uno de los recintos provienen los
textos diplomáticos y cartas de los gobernadores al rey,
hoy denominada sala 115. Esta sala, parece haber tenido
gran importancia, para Margueron “la sala aparece como jugando
un rol muy preciso dentro de la circulación del palacio, ella se encuentra entre la Casa del Rey y por la Segunda Casa que podría
haber sido de las Mujeres”, allí no solo se recibían las tabletas
emitidas por los gobernadores, reyes extranjeros y
damas de la corte, también se hacían copias de las
mismas. Se considera que el corpus epistolar de la época
de Zimri-Lim es más numeroso con respecto al período anterior
del rey asirio Samsi-Addu. La estructura administrativa
del palacio tenía, siguiendo la descripción del autor “un
centro de archivos bajo la dirección de funcionarios especializados”.
En cuanto a la división interna del país en fronteras
administrativas entre las cuatro grandes provincias o distritos
“(…)están bien marcadas y los gobernadores de cada una de
ellas sabían donde terminaba su zona geográfica de competencia
y donde comenzaba la de su colega.” Dicha frontera no alude a la existencia
material de un muro que demarque el límite sino, al área
de control que el gobernador tiene bajo su responsabilidad
administrativa, donde a su vez operan también aspectos que
tienen que ver con lo simbólico y los psíquico, enmarcando una zona de control, orden
y buen gobierno.
Demos lugar a las fuentes que en su mayoría pertenecen al gobernador Yaqqim-Addu de la ciudad
de Sagaratum. Son cartas, donde la impronta de la oralidad
ha quedado plasmada por el escriba como tantos otros signos
de aquélla temporalidad. Un aspecto que es interesante
recordar para este corpus documental es que la distinción
entre la correspondencia “privada” o “pública” no existe
para la sociedad del Éufrates medio, André Finet remarca
este aspecto diciendo que: “desde que un individuo, hombre
o mujer, aparece en el entorno del rey o en el mundo de
los funcionarios, su vida privada
se vuelca en los dominios de la pública”
“A mi Señor di esto….”
Así comienzan la mayor parte de las cartas seleccionadas donde el escriba
redacta los temas
a informar, como si el propio gobernador la escribiera.
En la primer fuente se informa sobre la detención de unos
beduinos:
“A mi Señor di esto: Así (habla) Yaqqim-Addu,
tu servidor
2 Zalmaqueos, gentes de Nihriya,
En el momento en que iban a entregar sus…
A la casa(?) de …los a (?)…
en estos términos: “Halakumu, Hara…
…Yazrahum, 4 Haneos,
Los han tomado
prisioneros, en mis…
Redes de pájaros
Y han
llegado a Dunnum.
Al salir de Dunnum,
Ellos los hicieron entrar a Bit-Akkaka.
Los Zalmaqueos
…han deshecho
Las redes de su…
…Zuma-abi, Napsi(?)…
…los a …y a mi
casa
Los ha conducido…
su detención
…no…
Por el hecho de que…
En Sagaratum (se encontraban),
Yo me dije: “Es de temer que ellos
Informen a todos los que vendrán aca.”
Por otra parte unos mensajeros Zalmaqueos
Moran en Mari, yo no hice conducir
A esos
hombres a casa de mi Señor,
Pero los
hice conducir a la prisión
De Dur-Yahdun-Lim. Que mi Señor me escriba
(tal o ) tal decisión sobre estos problemas de estos hombres.”
Pero Yaqqim-Addu, quien ha procedido de acuerdo
a su función, espera que sea el rey resuelva el destino
de estos hombres:
“A mi Señor di esto: Así habla Yaqqim-Addu,
Tu servidor
Sobre el tema de los dos Zalmaqueos
Mi Señor me ha escrito en estos términos:
“Es de temer que su asunto se propague,
Los Zalmaqueos no buscan…
Los 4 Haneos. Esos hombres,
Que se los venda
A los Suteos (más) alejados,, a los Yahmanu
O a los Almutu,
O también en cualquier lugar secreto
De donde no puedan volver a su país”
(Y esto es lo que mi Señor me ha escrito)
...los Haneos
Se han ido. Los hombres,
Quién será quien los venda a los Suteos?
Seré
yo quién deba venderlos?
Estos hombres a los Suteos…
Sin siquiera hablar de los Suteos, se los podría
poner para un intercambio (?)
…(quién) se (pre)sentará, y qué …
Su asunto se propagará ciertamente. Es por
eso …
Que no hay que venderlos a esos hombres,
Pero es necesario que se les vacíen los ojos
que se altere su estado?
O también que se les corten las lenguas,
Con el fin de que sus asuntos no se propaguen..
En mi carácter de servidor,
que
yo he escrito a mi Señor: que mi Señor …
…me escriba.”
Al presentarse la venta de estas personas como
una de las opciones, se nombran otros grupos con que el
reino mantenían contactos e intercambios comerciales;
la mutilación de sus cuerpos y la consulta sobre
qué partes ojos o lengua, nos remite a que fuera una práctica
corriente para el destino de los que se habían ido de sus
poblados. Fue común en Mari tomar como dependientes del
templo a personas que habían sido mutiladas para no poder
volver a su país de origen o contar lo que veían o escuchaban.
En la siguiente fuente, el gobernador pide un
médico para curar a uno de los comerciantes que estaba bajo
su servicio. Solicita que el médico sea traído en lo posible
del reino de Mardaman!
“A mi Señor Di esto:
Asi (habla) Yaqqim-Addu,
Tu servidor.
Un comerciante que (está)
a mi servicio/ bajo mi mando
Está enfermo: fuera de
servicio
De su oreja, ha aparecido
un abceso
Dos médicos
Que (están) a mi servicio
lo medicaron,
Pero está mal no evoluciona.
Al presente,
Que mi señor me envíe
El médico de Mardaman
O un médico competente
Con el fin que él
examine
La enfermedad del comerciante
Y que lo medique,
De hecho que,
Su enfermedad no se prolongue.”
En el caso que sigue la información es enviada
al palacio por una mujer de la corte, que informa sobre
un mensaje que remite el dios Dagan al rey. El dios era
uno de los más influyentes dentro del panteón mariota, su
templo en la ciudad de Terqa, recibía peregrinos de todo
el país y visitas de cortes extranjeras. Quizás este mensaje
es una respuesta a una consulta al dios sobre las pretensiones
del reino de Ennuna sobre Mari. El extranjero en la política mariota era siempre un potencial
enemigo y que en este caso lo estaba dentro de las
fronteras del reino:
“Di a mi estrella
Esto dice Inibsina:
Algún tiempo atrás, Selebum, la assinum,
decifró un oráculo y me comunicó esto
para ti. Ahora una qammatum del dios Dagan
de Terqa vino a mi y habló. Ella dijo:
“El pacificador del hombre de Esnnuna es falso:
debajo de la paja corre agua!
Yo lo recogeré en la red que yo anudo.
Destruiré su ciudad y arruinaré su bienestar
que vienen desde tiempo inmemorial.”
Esto es lo que ella me dijo.
Ahora, protégete! No entres a la ciudad
sin consultar un oráculo!
Aquí un fragmento de otra carta de Yaqqim-Addu
a Zimri-Lim, informando sobre órdenes que ha impuesto a
los intendentes:
“Otra (cuestión), cuanto
a su casa de acá,
He dado a
(sus) intendentes
Instrucciones severas
Con el propósito de no poner
mano
Sobre (sus) esclavos, ni sobre cualquier cosa que
sea.”
Por último, siguiente fuente es una carta enviada
por el rey Samsi-Addu (1812-1780) desde Subat-Enlil a su
hijo Yasmah-Addu que estaba en Mari como regente (1798-1780),
poniéndolo al tanto de que un grupo de personas se habían
fugado de Mari:
“Di a Yasmah-Addu: así habla Samsi-Addu, tu
padre.
Sin-iqisam, el músico, Gurruru, el barbero,
hombre(s)
De Esnnuna, y Sillaya: estos 3 hombres se encontraban
En Talhayum y me encontraron. Ahora, ellos
partieron
Y han huído a tu casa con sus familias.
Desde que tomes conocimiento de ésta mi tableta,
Sujeta a
esta gente bajo buena guardia
Que los conduzcan a mi casa, en Subat-Enlil.”
Esta fuente es muy clara en cuanto a las tareas
a seguir para dar
con los fugitivos: buscarlos, apresarlos, enviarlos ante
el rey e interrogarlos. Es curioso que sea el soberano estando al norte
de la ciudad de Mari, quién informe al regente de la ciudad
para que organice la detención de estos hombres. Por la
descripción de sus oficios, podríamos inferir que su acción
quizás responde a un cambio de lealtades, es decir servir
a otro Señor.
Consideraciones finales
Los documentos nos ponen al corriente de la maquinaria
administrativa y del conjunto de funcionarios que el poder
moviliza al interior de su frontera. El circuito de información
entre los altos funcionarios implicó un minucioso parte
para que el rey pueda proveer, materiales o personas según
la necesidad. Pero hemos visto también que al final de la
carta, el remitente
siempre espera una respuesta por escrito del rey, dando
a entender que la última palabra y la decisión sobre las
diferentes cuestiones las tenía el soberano.
Por otra parte el mecanismo de circulación y administración
de la información, no tuvo un corte entre la dinastía asiria
y Zimri-Lim, se puede ver esta correlación en los archivos
del palacio, aunque existe una diferencia en cuanto a la
cantidad de cartas que para la época del último rey mariota
es superior.
El sistema de circulación circunscripto a las
fronteras administrativas aquí analizadas, nos brinda situaciones
que no siempre tienen que ver con cuestiones ‘económicas’
como ser: listas contables sobre censos a las parcialidades
tribales o referencias a otro tipo de relevamiento de materias
primas. El gobernador como alto funcionario del distrito
tenía que informar
como si fuera los ojos y oídos del propio rey, sirviéndose
del escriba como pieza clave e inicio del circuito de la
información, que permitía el control de un vasto territorio
de fronteras inestables.
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