
El Fundamentalismo Cristiano y la Redención
de Medio Oriente
Pedro
Granoni
UNLP
Era un sonido apagado, sordo,
penetrante
muy parecido al que hace un reloj
envuelto en algodón
… ¿Era posible que no lo oyeran?
Introducción
Cuando escuchamos la palabra “fundamentalismo”, nos vienen
a la mente imágenes como turbantes y hombres-bombas, un
café o un micro volando en pedazos. Si nos proponemos pensar
como luce un fundamentalista, talvez proyectemos una figura
espigada y de barba frondosa, un símil de Osama Bin Laden.
Pero existe otro fundamentalismo, que no tiene como raíz
la lucha desesperada de un pueblo que resiste a su exterminio,
sino que se remonta a las páginas de la Biblia, más precisamente
al Antiguo Testamento. Con su accionar busca liberar la
Tierra Santa de las manos de los infieles, para que llegue
la última hora y el fin de los tiempos.
Estos fundamentalistas, no visten
turbantes, ni portan una AK 47 al hombro. En sus oraciones
piden por guerras que ellos lucharan, sus finos trajes no
se salpicaran con sangre palestina. Suelen ser de raza blanca,
provenientes del Cinturón Bíblico (medio oeste y
sur de los Estados Unidos), algunos de ellos amasan grandes
fortunas con sus programas televisivos. Pertenecen al otro pueblo elegido (además de los judíos) por
Dios, su Destino Manifiesto es llevar la democracia a todo
el mundo, incluso a aquellas naciones que no la deseen.
Dicen defender a “la única democracia
del Medio Oriente”, es decir al Estado de Israel de sus
irracionales enemigos, que no solo son irracionales, sino
que para colmo de males, son a la vez musulmanes. Supuestos
envidiosos (al igual que nosotros los latinoamericanos)
de la bonanza del primer mundo y enemigos tácitos de la
civilización occidental. Sostienen que el moderno (según
ellos resurrecto) Estado de Israel viene a cumplir la profecía
bíblica, por lo cual su apoyo religioso y político hacia
el mismo es total.
Los fundamentalistas cristianos
ven al Medio Oriente como un lugar irredento, donde las
huestes del anticristo (los musulmanes) vejan con su presencia
la Tierra Santa. Babilonia, Judea y Samaria siguen allí
según su análisis, las actuales fronteras nacionales no
significan nada frente aquellas trazadas por Dios, quien
separó Israel para los judíos. Es necesario entonces redimir
el Medio Oriente, garantizando la conservación y expansión
de las actuales fronteras del Estado Sionista, condición
necesaria para asegurar la Segunda Venida de Jesús y el
posterior Apocalipsis.
Dentro del movimiento fundamentalista,
aquellos que apoyan estas ideas son llamados cristianos
sionistas. Aunque hay que aclarar que dentro del Cristianismo
Sionista también se encuentran liberales (como los neoconservadores
por ejemplo), que si bien son aliados, no forman parte del
fundamentalismo cristiano. Los cristianos sionistas mantienen
relaciones hostiles con los cristianos palestinos, debido
a su rotunda oposición a toda negociación con los palestinos.
Nada de “Paz por Territorio” todo el Territorio Bíblico (gran parte del Medio
Oriente) correspondería a Israel.
El Fundamentalismo Cristiano es la piel de cordero, debajo
la cual se esconde el lobo imperialista, sediento de petróleo.
Veremos los ojos de la bestia, analizaremos su origen, su
justificación teológica y su escabrosa relación con la política
estadounidense en Medio Oriente.
Las raíces cristianas del sionismo
Esta historia
comienza en el siglo XVII, cuando diversas sectas puritanas
huyeron de la Inglaterra Anglicana, hacia el “Nuevo Mundo”.
En la tierra de la que huían habían surgido y fracasado
profetas que buscaban construir una “Nueva Israel” en Inglaterra
y luchar por el regreso de los Judíos a la Tierra Santa.
Los peregrinos
son considerados como “los fundadores de la patria”, ocupan
un lugar central en la construcción mítica de los Estados
Unidos. Eran miembros del pueblo de Dios, que fundaron la
nación de Dios, la América Mesiánica.
La Reforma protestante
rescató al Antiguo Testamento (relegado por católicos y
ortodoxos, quienes se alejaron de las raíces judaicas del
cristianismo), entendiendo al cristianismo como sucesor
legítimo del judaísmo. La Biblia pasaría a ser (para las
sectas puritanas refugiadas en Estados Unidos) un texto
legitimante de sus políticas, que justificaría el genocidio
de los pueblos originarios, la esclavitud de los africanos
y la posterior expansión hacia Texas, Nuevo México y California
en el siglo XIX.
En el Antiguo
Testamento los pasajes violentos, no son una rareza, podría
pensarse que es un libro de la guerra, donde abundan venganzas
y masacres, como la conquista del pueblo de Israel de la
“Tierra Prometida”, en la cual se justifica la limpieza
étnica de los habitantes de Canaán. Los siguientes son algunos
extractos del AT que hacen
referencia a la guerra sostenida por los elegidos
contra sus enemigos:
v
“Enviaré por delante mi terror y desbaratará a los pueblos
que invadas: haré que tus enemigos te den la espalda. Enviaré
por delante el pánico que espantará delante de ti…El sol
se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una
antorcha ardiendo.”
v
Ese día es para el Señor de los Ejércitos día de venganza
contra sus enemigos. La espada se ceba, se sacia, chorrea
sangre, porque el Señor de los Ejércitos celebra un banquete…Tiemblan
los montes, yacen los cadáveres como estiércol por las calles.”
v
Como crepúsculo que se extiende sobre los montes es el ejército
denso y numeroso; no hubo semejante ni se volverá a repetir
por muchas generaciones…Perseguiréis a vuestros enemigos,
que caerán ante vosotros al filo de la espada.”
Durante el Siglo
XIX encontramos que aquella obsesión inglesa no solo perdura,
sino que se acrecenta. Gracias a Lord Shaftesbury se establece
el Consulado de Gran Bretaña en Jerusalén, en 1838. Al siguiente
año (a instancias de la Iglesia de Escocia) se publica el
“Memorando de los Reyes protestantes de Europa para la restauración
de los judíos en Palestina. En 1856 con el tratado de París
comienza la migración de judíos y cristianos a Palestina.
Más adelante veremos
como esta fraseología guerrera, vendrá a justificar violencias
del presente y del futuro. Podemos afirmar que tanto en
la Inglaterra del Siglo XVII con Cromwell, como en la del
Siglo XX con Balfour, fueron cristianos quienes atizaron
el regreso de los judíos a un Israel revivido.
La Teología del Cristianismo Sionista:
El Camino hacia el Armagedón
“Dios ha otorgado la tierra de Israel
al pueblo judío…
nadie, ni la ONU, ni la Unión Europea,
ni Rusia, ni ningún cuarteto o trío
puede decidir sobre esa tierra que no les pertenece”.
Podría pensarse
que el cristianismo sionista es una creencia que simpatiza
con los judíos, lo cual estaría muy alejado del terrible
futuro que los fundamentalistas auguran para dicho pueblo.
Esta peculiar teología agrava el conflicto palestino, siendo
un aliado religioso de la visión laica y racionalista del
“Choque de Civilizaciones” de Samuel Huntington y Bernard
Lewis. Ambos sistemas de creencias promueven y justifican
la expansión imperialista en Medio Oriente, con el fin de
derrotarlas es necesario conocerlas.
Los fundamentalistas
afirman que estamos viviendo los últimos días, según sus
especulaciones, tal vez falten menos de 50 años. Según Darby
(su teólogo de cabecera, quien escribió su obra a fines
del siglo XIX) Dios se aparto de Israel por su rechazo al
Mesías, ante lo cual decidió fundar, construir y milagrosamente
evacuar la Iglesia. Darby divide la Historia Universal en
siete épocas o dispensaciones, las cuales son concluidas
de forma violenta por Dios, quien de esa forma corrige las
desviaciones de la Humanidad, mediante tragedias como La
Caída, el Diluvio y la Crucifixión de Cristo. Actualmente
(según Darby) estamos viviendo en la sexta o penúltima dispensación,
que se cerraría con el establecimiento del Milenio (reino
mesiánico de mil años). Es una escatología premilenarista,
es decir afirma que el Advenimiento será previo al establecimiento
del Milenio.
Varias fases precederán
al Fin del Mundo: La Reconstrucción del Tercer Templo; El
Advenimiento; El Rapto; La Gran Tribulación; La Batalla
del Apocalipsis y El Milenio.
La condición previa
a toda esta hecatombe apocalíptica, es la reconstrucción
del templo de Jerusalén (que sería la última Señal de los
Tiempos, junto al renacimiento de Israel y la vuelta de
los judíos a Tierra Santa). El segundo templo fue destruido
por los romanos, en el año 70 d.C., luego fueron frustrados
todos los otros intentos de construir el tercer templo.
El problema se agudiza ya que Jerusalén es para el Islam
la tercera ciudad santa del Islam, su nombre en árabe, Al
Quds, significa La Santa, lo cual magnifica la importancia
de las fronteras religiosas que recorren las calles de dicha
ciudad, donde descansan los recintos sagrados de las principales
religiones monoteístas.
Para los fundamentalistas
cristianos el tiempo de espera se acaba, lo cual vuelve
necesario destruir el segundo recinto sagrado del Islam:
La Cúpula de la Roca (donde Abraham ofreció a su hijo en
sacrificio) en donde se ubicaba el Templo de Salomón y la
mezquita de Al-Aqsa (donde según los musulmanes, el profeta
Muhammad ascendió a los cielos), con el fin de construir
(o según ellos reconstruir) el Tercer Templo de Jerusalén.
Una vez reconstruido
el templo se producirá el Advenimiento, el Mesías descenderá
de los cielos a la tierra ofreciendo la redención para todos
los verdaderos creyentes, quienes serán liberados de sus
ropas y ascenderán al cielo junto al Mesías, en un evento
llamado el “Rapto” y se sentarán junto a Jesús en el cielo
alcanzando el “Éxtasis”.
Este evento extraordinario
se basa en el siguiente pasaje bíblico:
“Después nosotros
los que vivimos, los que quedamos, junto con ellos seremos
arrebatados en las nubes…a recibir al Señor en los aires.
Y así estaremos siempre con el Señor”.
Este rapto (o
arrebato) será súbito, de repente los aviones se estrellarán,
los automóviles y los trenes chocaran, mientras los pilotos
y conductores que fueron raptados ascenderán al cielo, dejando
a sus vehículos fuera de control. Las bolsas y los gobiernos
colapsarán. Los que no asciendan, comprobaran entre lágrimas
que han sido condenados al fuego eterno y que los verdaderos
creyentes tuvieron siempre a la verdad de su lado.
Una imagen muy
popular en los hogares fundamentalistas, retrata a un hombre
cortando el césped del jardín de su casa, mientras observa
asombrado cómo su mujer es raptada hacia los cielos desde
una ventana.
Para los judíos
habrá solo dos opciones: convertirse al cristianismo y ascender
a los cielos como cristianos o una muerte física dolorosa
en primera instancia y en segunda, la condena eterna. Según
el cálculo de los teólogos fundamentalistas, alrededor de
dos tercios de los judíos volverá a negar a Jesús, pagando
con sus vidas. Los fundamentalistas cristianos esperan para
la los judíos un segundo Holocausto.
Los dignos creyentes,
se sentarán a la derecha de Dios y podrán contemplar, desde
los mejores asientos, un espectáculo digno de un circo romano,
en el cual aquellos desdichados oponentes políticos y religiosos
son devorados por furúnculos, llagas, langostas y ranas.
Dentro de la carnicería los elegidos ven a familiares y
amigos, quienes se burlaban sus creencias, lo cual justificaría
esta fiesta sádica contemplada desde la Platea Alta celestial.
Todo esto ocurrirá durante los siete años de la Gran Tribulación
que seguirán al advenimiento, en este período el Anticristo
gobernará el mundo.
Luego del interregno
demoníaco, Jesús volvería a la tierra para derrotar al Anticristo,
luego tendrá lugar la Batalla del Apocalipsis, en la cual
las legiones infernales de Satanás se enfrentaran a las
fuerzas del bien lideradas por Jesús, en el valle de Armagedón,
un antiguo campo de batalla cerca de Haifa, a las afueras
de Jerusalén. Luego de la batalla, el Mesías victorioso
se instalará en la ciudad santa, desde donde reinara por
un milenio.
El reinado mesiánico
dará inicio a la séptima y última dispensación, la cual
culminará con el Juicio Final que sellará la historia de
la Humanidad.
Give War a Chance
“Cualquier prédica pacifista previa
al retorno [de Jesús] es una herejía…
Va contra la palabra de Dios, es anticristiana”.
Como analizamos
previamente los fundamentalistas cristianos se basan en
el Antiguo Testamento, un libro guerrero. La paz es para
ellos una utopía irrealizable o un desafío abierto a los
preceptos cristianos. Si estamos viviendo los Últimos Días
(como ellos afirman), no debemos preocuparnos por alcanzar
la paz en Medio Oriente, sino en sostener los conflictos
actuales y garantizar que se lleve a cabo la Gran Guerra
profetizada por la Biblia: la Batalla del Apocalipsis. De
echo algunos fundamentalistas sostienen que el Anticristo
podría ser un pacificador, quien busque confundir a los
pueblos elegidos (los Judíos y la Iglesia), complicando
todo el plan apocalíptico descrito previamente.
Pat Robertson
se burla de los proyectos de paz en Medio Oriente: “La idea
de que es posible una paz con en mundo musulmán dándoles
territorio es una completa ilusión.”
Se oponen abiertamente
un mundo sin guerras “La Biblia contradice semejante sueño
utópico”, la bomba atómica fue profetizada por
San Pedro, quien dijo que en el último día “el cielo se
disiparía con un estruendo, los elementos se encenderían
y se caerían a pedazos, la tierra y todo lo que contienen
se consumiría en el fuego” Por supuesto ellos escaparían del holocausto
atómico, ya que serían raptados previamente, los tormentos
serían sufridos por los apostatas y los incrédulos.
A continuación
analizaremos la importancia central de Israel para el Fundamentalismo
Cristiano, su visión del Islam y sus conflictivas relaciones
con otros movimientos cristianos.
El Israel Restaurado y la Redención
“La redención no sólo significa la redención
de Israel, sino la del mundo entero.
Pero la redención de éste depende de
la redención de Israel.
De esto se deriva nuestra influencia
moral, espiritual y cultural sobre todo el mundo.
La bendición de toda la humanidad provendrá
del pueblo de Israel
viviendo en la totalidad de su territorio”.
Los sionistas
cristianos (Inspirados en Génesis 12,3: “Bendeciré a quienes
te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan”) creen en
la existencia dos pueblos elegidos:
Uno de ellos es
el pueblo de Israel, cuya alianza con Dios es eterna, indestructible
y continuará por los siglos de los siglos. El otro es el
pueblo de la Iglesia, la alianza de Dios con la Iglesia
Cristiana, es un mero paréntesis en los planes divinos.
Esta alianza será reemplazada y removida de la historia
cuando la suceda la resurrección de los muertos.
La “restauración”
de Israel y su vuelta a ocupar toda la Tierra Bíblica constituyen
los dos principales signos de los tiempos, junto al ya analizado
Tercer Templo.
Jerry Falwell
dijo que la creación del Estado de Israel en 1948 era “el
signo más importante del inminente retorno de Jesucristo”. Para Darby, ese día (14 de Mayo de 1948)
fue “el más importante de la historia desde la ascensión
de Jesús.”
El tele predicador
Jerry Falwell en Junio del 2003 sostuvo que “el Cinturón
Bíblico en Estados Unidos es el único cinturón de seguridad
de Israel hoy en día”. Recordemos que los fundamentalistas
aunque celebraban el nacimiento de Israel, cultivaban fantasías
genocidas hacia el final de los tiempos.
Esa es la causa
por la que los Judíos en general e Israel en particular
tienen que ser apoyados en todo sentido. El fundamentalismo
cristiano estadounidense ve en la instauración del Estado
de Israel y el triunfo del fundamentalismo hebreo, parte
del proceso de redención del mundo.
Su visión del Islam
Los fundamentalistas cristianos ven en los musulmanes a los
actuales enemigos de Israel y a los futuros integrantes
de las huestes demoníacas a ser vencidas por Jesús. Por
lo cual no es extraño que sus declaraciones contra el Islam
sean muy duras.
Pat Robertson (fundador de la Coalición Cristiana) en un
programa de la Christian Broadcasting Network en Noviembre
2002 que se transmite a 180 países, dijo que los musulmanes
“son peor que los Nazis”. En el 2003 dijo que el profeta
Muhammad (Mahoma) era “un salvaje, fanático, ladrón y bandido”. Jerry Falwell (fundador de la Mayoría Moral) en Octubre del 2002, llamó al
profeta Muhammad “terrorista”.
Billy Graham,
el gurú espiritual de la familia Bush, dijo que “el Islam
es una religión malvada y diabólica”. Jerry Vines (líder de la Convención
Bautista del Sur, el grupo más numeroso dentro del fundamentalismo)
ve a Mahoma como “un pederasta poseído por el demonio”.
La oposición de otros grupos cristianos al Fundamentalismo Cristiano
y su relación con Medio Oriente
Hasta ahora hemos
hablado del Fundamentalismo Cristiano, analizando solo su
variante hegemónica, veremos a continuación otra vertiente
de la corriente fundamentalista. Existen grupos cristianos
que se oponen al fundamentalismo y a su accionar pro-sionista, entre ellos los Menonitas, diversas Iglesias
Palestinas y el grupo Identidad Cristiana.
Identidad Cristiana
es un grupo de fascistas antisemitas, quienes se alejaron
del fundamentalismo por su apoyo al sionismo. Según ellos
los judíos usurparon el título de pueblo elegido a la raza
aria, mientras se apoderaban de la Tierra Santa (que según
ellos debía seguir bajo control Británico). Sostienen que
el Apocalipsis no se realizara en Medio Oriente sino en
los Estados Unidos. Llaman al gobierno federal “Gobierno
de Ocupación Sionista”, ya que consideran que esta gobernado
por Satanás y los judíos, quienes se dedican a perseguir
y a destruir al pueblo elegido (la raza aria). Han formado
grupos paramilitares al noroeste de EEUU, donde establecieron
sus campamentos armados, para prepararse para dicha batalla.
Auguran que en ese entonces, el Gobierno de Ocupación Sionista
y el pueblo elegido (o sea ellos) serán aniquilados. Ya
no les interesa la infalibilidad de la Biblia, su objetivo
es establecer un Estado ario independiente y soberano.
Los Menonitas
se oponen por principio a toda violencia, es conocida su
postura antimilitarista intransigente. Afirman que Israel
es el último Estado fundado por europeos. Combaten el carácter
racista de dicho Estado y ven a la colonización sionista
de Palestina, como una nueva conquista del lejano oeste,
en el cual unos combaten con la fuerza y la técnica de su
lado, mientras otros enfrentan esa agresión con lo que pueden,
con piedras y palos por ejemplo. Para contrarrestar la prediga
belicista de los fundamentalistas, los Menonitas citan aquella
frase de Jesús: “Quien vive por la espada a espada morirá”.
La situación de
los cristianos palestinos, al igual que la de los musulmanes
(mayoritarios entre los palestinos) y todo aquél que no
sea sionista es desesperante. El 22 de Agosto del 2006,
algunos cristianos palestinos, publicaron la “Declaración
de Jerusalén”, firmada por el Patriarca Latino de Jerusalén,
el Arzobispo Sirio Ortodoxo de Jerusalén, el Obispo de la
Iglesia Episcopal de Jerusalén y el Obispo de la Iglesia
Luterana en Jordania y Tierra Santa. Esta declaración es
un manifiesto contra el cristianismo sionista. Allí denuncian
que éste se opone a la paz entre palestinos e israelíes
y que someten al Evangelio al imperialismo, al colonialismo
y al militarismo. Denuncian la alianza entre el Cristianismo
Sionista, la Derecha Cristiana estadounidense y el Likud
para la dominación y el sometimiento de Palestina, justificada
por la exclusividad racial y la guerra perpetua. Finaliza
pronunciándose contra el militarismo y la ocupación sionista,
que asemeja al Apartheid.
El Santo Cruzado y el Nuevo Medio Oriente
Hasta ahora hemos
visto a varios actores de reparto, pero aún queda un personaje
tras bambalinas. Sin duda el lector esperaba impaciente
que el actor principal suba escena. Las luces se apagan,
se enciende el reflector, se corre el telón, allí esta al
fin Él, magnate petrolero, fundamentalista cristiano y neoconservador.
La luz fulgurante
ilumina el rostro atónito de George W. Bush, quien por unos
instantes se queda quieto y enmudecido en el centro del
escenario, mientras la audición lo contempla también en
silencio. Luego hace una cabriola, en el intento parece
trastabillarse, pero era solo para robarnos unas sonrisas
y unos merecidos aplausos.
Correspondamos
tan amable gesto rememorando algunos breves pasajes de su
historia, en la cual el Petróleo, la Biblia y el lejano
Medio Oriente serán al comienzo piezas aisladas, que lentamente
comenzaran a formar un extraño rompecabezas.
v
El Magnate Petrolero:
Su juventud vivió
varios excesos, en las fiestas universitarias recurrentes
comenzó con una adicción que no pudo controlar, cayendo
en el alcoholismo. Intentó ingresar a la Fuerza Aérea, pero
luego optó por desertar, sin rumbo corría rápidamente hacia
el abismo. Por suerte su padre (en aquél entonces Director
de la CIA) y sus amigos Saudíes estaban allí para rescatarlo.
Lo pusieron al frente de una empresa de hidrocarburos, llamada
Arbusto (Bush en inglés significa eso) el desastroso manejo
que hizo de la misma, llevo a la empresa a la bancarrota,
sin dudas George no servia para los negocios, pero ¿que
hacer con este espíritu alocado?
v
El Fundamentalista Cristiano:
Su pecaminosa
alma encontró refugio en el pastor Billy Graham, quien lo
acercó a los círculos de lectura y discusión de la Biblia.
George nunca fue
un buen estudiante, pero era bueno para él tener un lugar
de contención, un grupo de auto ayuda. Es entonces cuando
experimenta un fenómeno conocido por millones de estadounidenses,
al renacer en Cristo, quien le habló directamente a sus
oídos y le encomendó una misión política, la cual al principio
desconoce, pero como la Fe es ciega valientemente comienza
a cumplirla, al dar los primeros pasos en la arena política.
Dijo a sus confidentes: “Dios me ha pedido que me presente
a las elecciones; he escuchado la llamada”.
v
El Neoconservador:
Solía
burlarse de Bill Clinton, de sus travesuras en los Balcanes
y de su fuerte intervención en el conflicto palestino. Su
receta sería hacer exactamente lo contrario: Si Bill intervenía
en la política exterior, el cerraría las puertas, si su
antecesor jugaba fuerte en la disputa entre israelíes y
palestinos, el simplemente le daría la espalda. Su estrategia
se resumía perfectamente en aquella frase: “Si somos arrogantes,
así nos consideraran. Pero si somos una nación humilde,
nos respetarán”. Pero aún quedaba una nueva conversión
en su destino. Luego del 11-S aquella política aislacionista
carecía de todo sentido, solo una voz recorría los desconcertados
pasillos de la Casa Blanca, la de los neoconservadores.
George simplemente no pudo resistir a su canto de sirena.
En la particular
figura del actual presidente estadounidense, se mezclan
dos proyectos para modificar de raíz al Medio Oriente, los
cuales por ahora conviven en armonía a pesar de su diversidad.
Uno de ellos se
basa en el Destino Manifiesto inherente a la República Estadounidense
y a su pueblo. América (EEUU) tiene una misión: llevar la
democracia y los derechos humanos a todo el orbe. Esta visión
es sostenida por los neoconservadores, movimiento formado
en ámbitos intelectuales, integrado por liberales y judíos
progresistas, su número es muy reducido, quizás no lleguen
a los mil integrantes, no obstante ocupan lugares estratégicos
en la actual administración. Buscan occidentalizar el Medio
Oriente.
El otro se basa
en la interpretación literal del texto Bíblico, es sostenido
por los fundamentalistas cristianos. Se cuentan por millones
en los Estados Unidos, se organizan en la Mayoría Moral
y en la Coalición Cristiana. Tienen presencia en Israel
a través de la Embajada Cristiana en Jerusalén. Buscan redimir
el Medio Oriente.
¿Democracia o Redención?
Analicemos el
origen y devenir e estos proyectos, ambos relacionados con
el Likud (partido de la derecha israelí).
El más antiguo
es el que sostiene el Fundamentalismo Cristiano, que propone
que Israel vuelva a ocupar la Tierra Bíblica, para él reservada.
Esta abarca todo el territorio que se encuentra ente el
Nilo y el Eúfrates, donde actualmente se encuentran Israel,
Líbano, Siria, Jordania, Irak y Egipto. Este ideal fundamentalista
nunca estuvo tan cerca de cumplirse como durante la guerra
de los Seis Días, en 1967. Israel ocupo la Península de
Sinaí, acercándose al Nilo, pero fue devuelta a Egipto en
1979, lo cual significo un golpe demoledor para los fundamentalistas
cristianos y judíos.
Este proyecto surge a mediados del Siglo XX y
comienza a intervenir activamente en política en 1977, al
establecerse la alianza entre el Likud y el Fundamentalismo
Cristiano, operada por Netanyahu (quien en 1996 se convertiría
en Primer Ministro del gobierno israelí). Si bien es un proyecto esencialmente celestial,
mantiene fuertes lazos con la política terrenal. Algunos
fundamentalistas (como Evans) hablan de un Gran Israel,
integrado por las conquistas del Líbano, Siria, Jordania,
Irak e Irán, el cual una vez establecido arremetería contra
Egipto, conquistando así todo el territorio bíblico.
El tele predicador
Pat Robertson proponía construir una sociedad basada en
normas bíblicas, una vez alcanzado en parte ese ideal,
Tom De Lay, el congresista republicano que dirige la cámara,
promueve “Una visión mundial bíblica en las políticas de
Estados Unidos”, una
superación de los objetivos locales. El proyecto del Cristianismo
Sionista sería un transvasamiento del cristianismo mesiánico
estadounidense, que inundaría de caos, guerra y (finalmente)
fe a algunos lugares del mundo. Se proponer partir de la
América re cristianizada hacia el Mundo Redimido. Los fundamentalistas
poseen un enclave en Israel, para lograr sus objetivos,
la Embajada Cristiana en Jerusalén.
En 1980 se funda
la Embajada Cristiana Internacional en Jerusalén, apoyando
la decisión del parlamento israelí (Knesset) que declaró
a dicha ciudad como capital eterna de Israel. Esta embajada funciona como núcleo de los cristianos sionistas
en Israel, a su vez promueve el turismo bíblico y organiza
el Banquete de los Tabernáculos, una importante celebración
anual, que conmemora la peregrinación de los judíos hacia
la Tierra Prometida. ¿Quien mejor que un pueblo de colonos
para agasajar a otro pueblo colonizador?
La
Embajada Cristiana ha organizado tres congresos Cristiano
Sionistas internacionales. El primero (que contó con la
ilustre presencia de autoridades del Apartheid sudafricano)
se hizo en 1985 en Basilea (Suiza), donde en 1897 Herzl
pidió la creación de un estado judío. En
1988 fue el segundo, llevado a cabo en Jerusalén. El Tercer
Congreso Internacional Cristiano Sionista se realizó en
1996 en la misma ciudad. Estos congresos resolvieron que:
El Sionismo Cristiano es el Sionismo Bíblico; Dios dio la
tierra de Israel al pueblo judío; Jesús es el Mesías
y volverá a Jerusalén, la cual debe permanecer siempre unida.
En
su sitio en Internet puede leerse su declaración de principios:
“Nuestra creencia es que el deseo de Dios, es que los cristianos
a través del mundo sean animados e inspirados a levantase
a su papel profético en la restauración de Israel. La Biblia
dice que el derecho de las naciones, de los cristianos y
de la Iglesia, esta vinculada a la manera en que respondan
a esta labor de restauración. Puede ser que nuestro modo
de enfocar de vez en cuando implique posiciones políticas,
pero en última instancia estas posiciones surgen de principios
y convicciones Bíblicas”.
El otro proyecto,
es el de los Neoconservadores, es el que la administración
Bush esta llevando a cabo, busca establecer una base territorial
permanente en Irak para desde allí garantizar el flujo de
petróleo hacia las necesitadas venas del vampiro imperial.
Recordemos aquella frase de Bush: “América es adicta al
petróleo de Oriente Medio”. No obstante el otro proyecto
(el fundamentalista) permanece como nota de coda, mientras
este es ejecutado por los violines del complejo industrial-militar,
los señores de la guerra.
Analicemos algunas
fechas, para entender que la obsesión iraquí de los neoconservadores,
es previa a la supuesta relación entre Saddam y al Qaeda,
o las nunca encontradas Armas de Destrucción Masiva.
En Julio del 96´
los neoconservadores acercan al Likud (partido de la derecha
israelí) un proyecto político que hacen público, se llama:
“Una ruptura clara: Una Nueva estrategia para la seguridad
del Reino”. Recomendaban abandonar el proceso de Paz de
Oslo y sacar del poder a Saddam Hussein.
En Junio del 97´
se crea el PNAC, Proyecto para un Nuevo Siglo Americano
(PNAC), el cual exhortaba a aumentar el presupuesto militar
estadounidense, ya que dicha nación debía liderar el mundo
unipolar de la posguerra fría, esté preparada o no para
tal desafío.
A comienzos del
98´ el PNAC publica una carta abierta a Clinton, proponiendo
atacar Irak y derrocar a Saddam.
Los atentados
del 11 de Septiembre del 2001 fueron el Peral Harbour que
estaban esperando, su visión de la política exterior pasó
a ser mayoritaria, ganando también para su causa al presidente
Bush, quien en el 29 de Enero del 2002, incluiría dentro
de su “Eje del Mal” a Corea del Norte, a Irán y a su tan
ansiado Irak.
Pero, ¿por qué
esa obsesión con Irak? Talvez la respuesta sea a su falta
de conocimiento total del país, ya que lo poco que conocían
provenía de dos sus colaboradores Chalabi, líder del Congreso
Iraquí en el exilio (quien afirmaba que existía una pujante
y laica clase media esperando la democracia) y del islamólogo
Bernard Lewis (especialista en Turquía), quien sostiene
que “los árabes son incapaces para la democracia”, por lo
cual hay que guiarlos hacia ella, aunque sea mediante la
fuerza. De allí su pensamiento de que las tropas invasoras
serían recibidas como libertadores, en cambio las flores
ausentes se transformarían en piedras.
Aquél proyecto
se llamó “Un Gran Medio Oriente” (2004), en el cual las
sociedades islámicas eran pensadas como las que vivían en
los países de Europa del Este, al momento del colapso del
Bloque Soviético. Los neocons (con Bush a la cabeza) esperaban
que se produjera una Revolución Democrática en la región,
con el Irak occidentalizado
como ejemplo, los regímenes islámicos (tiranías según los
neocons), caerían como fichas de dominó. Ansiaban de esa
forma solucionar los problemas de Israel, mediante un cambio
en la relación de fuerzas, que imponga a los palestinos
y a los países árabes una situación de hecho, haciendo inútil
toda resistencia. Pero ni Irak es Turquía ni Medio Oriente
un símil de Europa Oriental. Muchos de los problemas de
la posguerra provienen de esta falta de planeamiento estratégico.
Una Cruzada contra el Terror
En Bush, la adhesión
a las tesis neoconservadoras se suman a sus convicciones
religiosas previas, lo cual da un imaginario único e irrepetible,
que solo podía manifestarse en alguien proveniente del Sur
profundo, un cowboy de Texas. A sus ojos el terrorismo no
representa una táctica, sino que es una manifestación del
mal, carente de todo contexto socio histórico, debe ser
combatido en su esencia.
En una entrevista
con el periodista Bob Woodward sostuvo: “Yo digo que la
libertad no es un don de América al mundo. La libertad es
un don de Dios a cada uno en el mundo. Y creo que tenemos
el deber de liberar a la gente. Me gustaría confiar en que
eso pueda hacerse por medios no militares, pero en todo
caso es nuestro deber”. Según Bush “Dios no es neutral”, por
lo tanto el ataque a las Torres Gemelas ubicadas en territorio
estadounidense, tierra mesiánica, sacrosanta y bendecida
(God bless América) era un ataque contra Dios y su nación
en la Tierra, que no sería tolerado sin una respuesta. En
las ruinas humeantes del World Trade Center, le dijo a alguien
que no podía escuchar su improvisado discurso “Te oigo y
los responsables de esto pronto nos oirán a nosotros”, eran
tiempos de una nueva cruzada, la sangre por derramar redimiría
la sangre derramada.
Luego del 11-S Bush entendió finalmente, el significado de
la misteriosa misión que le había sido asignada, redimir
el Medio Oriente, el 6 de Noviembre de 2003 decía: “¿Los
pueblos de medio oriente no pueden acceder a la libertad?
¿Millones de hombres, mujeres y niños están condenados en
nombre de la historia y la cultura a vivir bajo el despotismo?
¿Serán los únicos que no conozcan jamás la libertad, que
nunca puedan elegir? Me niego a aceptar eso”. Esta lucha en pos de una abstracta y
avasallante libertad, había engendrado previamente el nombre
de la operación militar “Justicia Infinita”, cuyo título
terriblemente cruel y preciso, afirmaba a Estados Unidos
como juez supremo atemporal. Luego sería renombrada “Libertad
Duradera”, otro enunciado no menos escalofriante.
Bush fusiona estas
contradicciones en su “Eje del Mal” y su guerra contra el
terrorismo, pero ¿Cómo se lucha contra un sustantivo? Sería
como luchar contra la humedad o los malos olores, es un
enemigo que esta pensado para ser confrontado por un largo
tiempo a piacere. La guerra contra él no necesita ser ganada,
sino simplemente llevarse a cabo, con lo cual el negocio
de la guerra esta garantizado.
El terrorismo
tiene sus virtudes: carece de ejército y de territorio claramente
definidos, esta allí donde queramos verlo, donde necesitemos
que este. A mi entender el terror habita en la Casa Blanca,
desde donde se proyecta sobre diversos lugares y personas,
correspondiendo a las necesidades imperialistas de turno.
Esperemos que su sombra no siga nuestros pasos.
Conclusión: Biblia y Petróleo
Es curioso el devenir de esta historia, donde los extremos
se tocan. Si buscamos el origen del término fundamentalismo,
no lo encontraremos en los atentados a las Torres Gemelas,
sino entre fines del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX.
Dos predicadores Lyman y Milton, quienes hicieron una fortuna
con el petróleo, financiaron la fundación del Instituto
Bíblico de Los Ángeles (en 1908), desde donde se reeducaría
a los creyentes. Entre 1910 y 1915 publicaron una colección
de doce libros de bolsillo, conocidos como “los fundamentos”
(de allí el nombre del movimiento) en los cuales bregaban
por un retorno a la tradición y una nueva cristianización
de América (o sea los EEUU). Enviaron unos tres millones
de ejemplares gratuitos a todos los pastores, profesores
y estudiantes de teología en Estados Unidos. A un siglo
de aquella prediga, es otra vez el petróleo el corazón delator
que late y sangra debajo del suelo. La espada se ceba, se
sacia, chorrea sangre, porque el Señor de los Ejércitos
celebra un banquete.
Bibliografía
·
Karen Armstrong. Los Orígenes del Fundamentalismo, en el
Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Barcelona: Tusquets,
2004.
·
Eric Laurent. El Mundo Secreto de Bush. Buenos Aires: Byblos,
2005.
·
Alain Frachon y Daniel Vernet. La América Mesiánica. Buenos
Aires: Paidós, 2006.
·
La Santa Biblia, versión de Jerusalén, 1976.
·
Malcolm Bull. La Teoría del Apocalipsis
y los fines del mundo. México D.F.; Fondo de Cultura Económica,
1998.