Notas: 1) Francia antes de la
Revolución; 2) Conquistas durante la Convención; 3) Anexiones de la época de
Napoleón; 4) Límites del Imperio; 5) Reinos y países vasallos de Francia; 6)
Estados amigos u ocupados; 7) Estados aliados.
La última gran expansión militar
de Francia tuvo lugar durante la Revolución y, en particular, bajo la égida de
Napoleón Bonaparte, quien entre 1809 y 1812, gracias a sus brillantes
cualidades militares, logró dominar el continente europeo.
El emperador pretendió organizar Europa bajo una hegemonía única, la de
Francia.
El mapa expresa esta breve
realidad europea. Al principio de la Revolución, el territorio de Francia
comprendía el señalado con el signo 1. Durante las guerras de la Legislativa y
la Convención, fueron anexionados al territorio de la República: Aviñón,
Niza, Saboya, Bélgica y Renania (signo 2).
Esta fue la situación con que se
encontró Bonaparte al empuñar el mando. Cuando sus grandes victorias le dieron
el derecho de organizar Europa, incorporó a su Imperio, creado en 1804, Holanda
y la región del litoral alemán del mar del Norte hasta Lübeck, en el
Báltico; el Piamonte y Génova, Toscana y los Estados Pontificios, en Italia; y
las Provincias Ilirias, en el Adriático (signos 3 para el territorio y 4 para
el límite).
Además, existían los reinos de Italia
y Nápoles y el ducado de Polonia (signo 5), creados por la voluntad imperial;
los territorios, amigos, de la Confederación del Rin, y España, país ocupado
(signo 6). por fin, las naciones llamadas aliadas -por la fuerza de sus armas-:
Prusia y Austria (signo 7). Sólo escapaban a su poder Inglaterra, su irreductible
adversaria, parte de Portugal, las islas de Cerdeña y Sicilia y los imperios
de Turquía y Rusia.