MAPAS DE HISTORIA UNIVERSAL
MAPA XXXVII - DESCUBRIMIENTOS EN LAS ANTILLAS
Notas: 1) Grupo de descubrimientos entre 1499 y 1509; 2) Id. entre 1510 y 1520; 3) Id. entre 1520 y 1542; 4) Imperio azteca.
Desde los primeros viajes colombinos esta isla se convierte en centro de la colonización del Caribe y, más allá de sus confines, de toda América. De ella parten las primeras expediciones que convirtieron aquel mar en "Mare Nostrum" hispano. Se actuó sobre Puerto Rico y las Pequeñas Antillas, sobre Jamaica y Cuba, y también, sobre la costa opuesta (Ojeda, 1499; Bastidas, 1500; y Nicuesa, 1509), que debía recibir los nombres de Tierra Firme y Castilla del Oro.
En relación con el núcleo de la Española se disponen el de Cuba y el de Panamá. La intensidad de la corriente geopolítica, que ya desde los comienzos del establecimiento de España en el Caribe se concentra en la costa del golfo de Darién (Colón, 1502), conduce al descubrimiento del Mar del Sur (Balboa, 1513) y el reconocimiento del papel importantísimo del Istmo de Panamá en la vida de América. Del NÚCLEO PANAMEÑO, en efecto, no sólo dependen gran parte de la colonización de América del Sur, sino, además, los descubrimientos que se realizaron en la porción sur de la América central.
Arrancando del NÚCLEO CUBANO, se exploran las costas del golfo de México (expediciones de Grijalva y Pineda). Tales tendencias habían de conducir, indefectiblemente, a la conquista del Imperio azteca, que realizó Cortés en 1519-1521. De esta forma quedó establecida la triangulación que fue clave del dominio español en América: CUBA-MÉXICO-PANAMÁ. Asimismo, la penetración de España en América del Norte se efectuó prácticamente, a base del centro mexicano y de sus enlaces marítimos (Mendoza, 1532; Carrillo, 1542) o continentales (Nuño de Guzmán). No olvidemos tampoco que desde México se conquistó buena parte de América Central (Olid en Honduras, 1523) y Alvarado en Guatemala, 1525).
Las bases de partida para la conquista de América del Norte por los españoles les eran poco favorables. La colonización de una de ellas -la península de Florida- recabó por sí misma grandes esfuerzos y reiteradas tentativas (Ponce de León, 1512; Pánfilo de Narváez, 1528). La expedición de Narváez tuvo un epílogo aventurero en la de Cabeza de Vaca, quien después del fracaso de aquella recorrió las costas del golfo de México y Tejas hasta llegar al territorio de Nueva España. Las dos exploraciones más importantes las efectuaron Soto y Coronado. El primero descubrió el curso del Missisipi (1541), que recorrió, después de su muerte, su lugarteniente Moscoso. Coronado partió de Nueva España en busca de los fabulosos países de Cibola y Quivira. Descubrió las montañas Rocosas, el Colorado y el Kansas.