Signos: 1) Límites
del imperio; 2) Límites entre las partes constitutivas del Imperio; 3)
Límites de las regiones autónomas (Provenza) o semidependientes
(Silesia); 4) Territorios gibelinos; 5) Territorios güelfos
en Italia; 6) Territorios güelfos en Alemania.
La oposición entre el Papado y el
Imperio, que dio lugar a la guerra de las Investiduras, y el desarrollo del
comercio y de la vida urbana en Italia a consecuencia de las Cruzadas, hicieron
aparecer en el seno del Imperio germánico grandes fermentos de descomposición.
Sin embargo, bajo Federico I Staufen todavía adquirió su mayor expansión
territorial, englobando muchos territorios eslavos, el reino de Borgoña y gran
parte de Italia, según abarca el límite correspondiente al signo 1. El 2
expresa los límites entre las diversas partes del Imperio, y el 3 corresponde a
regiones que, como Provenza, adquieren cierta autonomía, o, como Silesia,
están a punto de ser integradas en el Estado germánico.
El territorio del Imperio puede
dividirse en partidarios del Papado (güelfos) y del emperador (gibelinos).
A estos últimos corresponden los coloridos encarnados del signo 4, que abarcan,
como núcleo central, Franconia y Suabia, y como adheridos Borgoña, Saboya y
Lombardia. También se incluye entre ellos el reino de Sicilia, fundado por los normandos, celosos partidarios del Papado, pero que en esta época cae bajo el
influjo de los Staufen. Los verdes del signo 5 corresponden a los güelfos, con
centro en Roma y los Estados Pontificios, extendiéndose en Italia por la marca
de Ancona y la Romaña, Tuscia, Córcega y Cerdeña, y en Alemania por Sajonia y
Baviera, como expresa el signo 6.
Fuera de los límites imperiales
aparece la ciudad de Venecia, cuyo territorio comprenden también la porción
occidental de la península de Istria, en espera del momento en que su comercio
por el mar Adriático y los mares de Levante se transforme en hegemonía política.